La CNMV ha emitido un duro comunicado sobre los fondos de inversión con objetivo de rentabilidad, los más vendidos en lo que va de año. Así lo lleva recogiendo Vozpópuli en los últimos tiempos, informando de que el regulador estaba supervisando la venta de estos instrumentos que se estaban capitalizando con dinero de los depósitos bancarios. De esta manera, se convirtieron en los instrumentos de inversión que más han crecido en el primer semestre. Al final, la Comisión ha emitido una nota en la que “exige incrementar la información en determinados fondos de inversión”. Y, además impones más exigencias de información en la Documentación Fundamental para el Inversor (DFI).
El organismo que preside Elvira Rodríguez ha impuesto que estos productos dejen claro mediante advertencias a la hora de ser vendidos que no garantizan ni capital ni rentabilidad. Todo esto forma parte de la llamada “supervisión temprana” de la CNMV, que busca prevenir antes que curar.
La CNMV lleva tiempo supervisando el trasvase de dinero desde depósitos desde principios de año, una vez que el Banco de España ‘recomendó’ a las entidades bancarias nacionalizadas no aplicar extra tipos en sus cuentas. En cuanto se conoció esa inevitable caída de la remuneración a los depósitos, se detectó una fuga de capital hacia la inversión colectiva.
Además, también está teniendo lugar un proceso de vencimiento de fondos Garantizados, que son reconvertidos en productos con objetivo de rentabilidad. Parecen lo mismo, pero no lo son en absoluto.
El regulador está supervisando un proceso en el que el dinero de muchos ahorradores sale de un entorno con el soporte del Fondo de Garantía de Depósitos y sin fluctuaciones de mercado, al de unos fondos que parecen ofrecer garantía de capital, pero en realidad no la tiene.
Bueno para el banco, no tanto para el cliente
Con este trasvase, las entidades financieras protegen sus intereses, manteniendo un dinero que pasa de los depósitos a sus propios fondos de inversión. Ese capital sale de balance, pero a cambio genera comisiones mucho más interesantes para los bancos. Así, mientras la entidad se beneficia, el partícipe queda algo más desprotegido, pasando a un producto que puede generarle pérdidas.
En estos casos, la DFI deberá incluir expresamente advertencias como “Este fondo no tiene garantía de un tercero por lo que ni el capital ni la rentabilidad están garantizados”, o en las renovaciones en las que un Garantizado pasa a ser reconvertido en un instrumento con objetivo de rentabilidad que el producto en cuestión “deja de estar garantizado”.
La actuación del supervisor de mercados ha ido muy en paralelo con Inverco, la asociación de gestoras de fondos de inversión y pensiones y pretende incluir todas las alertas posibles en instrumentos financieros de venta masiva.
La colocación de preferentes sigue siendo un problema social de primera magnitud y han sido muchas las voces que han dicho “¿cómo es posible que esto se vendieran sin que la CNMV advirtiera antes?” La supervisión temprana pretende acabar con estas potenciales quejas. Es una de las líneas de actuación enunciadas por Rodríguez en su presentación, a principios de este año.