Las elecciones griegas no fueron el presunto remanso de paz que esperaba el Gobierno español para los mercados domésticos. El Ibex sufrió una nueva sesión de pesadilla, cediendo casi un 3%, aunque con un bajísimo volumen de contratación. En deuda, continúa el castigo: el 10 años cerró al 7,15% y la prima de riesgo ronda los 575 puntos básicos.
El resultado de los comicios helenos no inspiró ninguna confianza, a pesar de que se ha vendido a los cuatro vientos que el nuevo Gobierno es claramente favorable a la permanencia de Grecia en la moneda única.
Pero España sigue en el punto de mira de los inversores en este momento. Después del anuncio del rescate bancario, los operadores esperan muchos más detalles concretos que no llegan y la petición del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de defensa por parte del Banco Central Europeo (BCE) dejó a las claras que la situación está lejos de ser controlada.
El Ibex finalizó rozando los mínimos del día, en 6.519 puntos, después de dejarse un 2,96%. Fue, con mucha diferencia, el índice más castigado de toda la Eurozona logrando arrastrar a la baja a muchos de los principales mercados. El Mib Italiano se hundió otro 2,85%, pero el Cac 40 parisino también cedió un 0,69%. El EuroStoxx 50 se dejó un 1,17%, mientras que Londres y Frankfurt subieron un 0,22% y un 0,30% respectivamente. En lo que va de año, el índice de referencia español se deja un 23%, frente el 13% italiano.
Más llamativo es el tono de la deuda, cuya rentabilidad de referencia finalizó en el 7,15% y el diferencial con Alemania en los 575 puntos básicos. Esta cota no se ve desde 1996, aunque entonces los tipos de interés estaban en sintonía. Ahora, el BCE tiene los tipos en el 1%.
Aun más preocupante es el tono de los tramos cortos, que configuran una curva casi plana, típica de los países con el acceso cerrado a la financiación. El Tesoro contempla con preocupación cómo el bono a dos y tres años está claramente por encima del 5%, mientras el 5 años está más allá del 6%. Una situación que complica en extremo la subasta de Letras a 12 y 18 meses de mañana.
Está claro que los mercados no han concedido una tregua las elecciones griegas. Los inversores aguardan por un lado informaciones concretas sobre un rescate bancario que se ha anunciado pero nada más y, por otra parte, nuevas medidas por parte del Gobierno, entre las que se descuenta ya de manera inevitable una subida del IVA.
Mientras tanto, España sí reduce diferencial con Irlanda, país intervenido a finales de 2010, con la que apenas le separan 100 puntos básicos en su rentabilidad a 10 años. Frente a Portugal también hay menos distancia que antes: 350 puntos.