A cierre del pasado mes de agosto, en España había 2.924.240 inscritos en los registros del antiguo SEPE como parados. Son 40.428 más que un mes antes, aunque cerca de 410.000 menos que en el mismo mes de 2021. Son los últimos datos publicados por el Ministerio de Trabajo, que recogen también que el número de desempleados que no han trabajado aún en ningún momento ascendía en esa misma fecha a 241.076.
Dicho así, haciendo solo mención a los valores absolutos, los datos pierden parte de su dramatismo. La realidad es que un 8,24% de los parados no había trabajado nunca a 31 de agosto pasado. No es el peor dato de los últimos diez años, ni tampoco el mejor. Para desgracia del mercado laboral español, sólo en el año 2013, el ejercicio en el que se alcanzó la mayor tasa de paro en el pasado reciente, con cerca del 27% de la población activa, se ha conseguido bajar del 8%, concretamente, al 7,85%.
Pero hay algún dato más que pone de relieve cuánto ha cambiado el mercado de trabajo en los últimos diez años para mantener los mismo defectos y carencias que en 2013: la práctica imposibilidad de encontrar un puesto de trabajo a partir de una determinada edad, cuando ni siquiera se ha alcanzado la madurez laboral. Un tercio de los parados que buscan su primer empleo, un total de 80.673 personas, tiene 45 o más años y de esa cifra, 66.176 (el 82%) del total, son mujeres.
El colectivo de parados “si empleo anterior” que utiliza en sus estadísticas el Ministerio de Trabajo está dividido en cinco apartados en función de la edad de los registrados. El mayor es el de las personas con 45 y más años, que totaliza 80.673 personas a cierre del pasado mes de agosto, que representan el 33,5% del total.
El segundo más numeroso es el de las personas desocupadas, con entre 30 y 44 años, con 50.918, un 21,12%. Le sigue a continuación el de aquellos que tienen entre 20 y 24 años, con 45.883, el 19%; después el de quienes tienen menos de 20 años, con 35.140 (14,47%) y, finalmente, el colectivo de entre 25 y 29 años, con 28.462, el 11,8% del total.
Diferencias por sexos
¿Qué argumentos pueden justificar que haya 4,5 veces más mujeres de 45 años y más que hombres buscando su primer trabajo? Según los expertos, a diferencia de los hombres mayores, que suelen desarrollar sus carreras laborales en sectores altamente masculinizados, las mujeres pueden intercalar en sus vidas laborales largos periodos trabajo con años de inactividad, que suelen corresponderse con la necesidad de atender responsabilidades familiares, bien por decisión propia o porque su pareja haya perdido el empleo o los caminos de ambos se hayan separado. Tanto en el caso de los hombres como de las mujeres, cada día empieza a pesar más la difícil adaptación a un entorno mucho más dependiente de las tecnologías de la información.
Los datos pormenorizados de las mujeres que buscan su primer empleo son elocuentes a medida que avanza la edad. Por debajo de los 20 años, los inscritos en el SEPE que buscan su primer empleo son en un 55,7% hombres y en un 44,3%, mujeres. A partir de los 20 años, los porcentajes se invierten: entre 20 y 24%, las mujeres empiezan a ser mayoría (53,55% frente al 46,44%); entre 25 y 29 años, se consolida la tendencia (60,35% del total frente al 39,65%), y a partir de los 30 años, se disparan las diferencias (76,78% frente al 23,22% hasta los 44 años), para llegar a la proporción de 82%-18%, cuando ya se cumplen los 45 años.
Evolución histórica
Los porcentajes de mujeres en busca de su primer empleo en relación con el total varían mínimamente con el paso de los años. Si en agosto pasado suponían el 82%, en 2019, el último ejercicio con el que se pueden hacer comparaciones más o menos homogéneas, representaban el 83,3%; el 84,5%, en 2016, y el 85,9% en 2013.
Por regiones, Andalucía absorbe algo más de la tercera parte del problema: el 34,46% de las mujeres mayores de 45 años que buscan su primer empleo viven en esa comunidad. El dato es tres veces superior al que registran las autonomías que le siguen, Comunidad Valenciana (9,75%) y Cataluña (9,44%). Sólo la provincia de Cádiz tiene en “lista de espera” para un puesto de trabajo al 9,88% del total nacional, por delante de Sevilla (8,1%), Madrid (7,65%) y Barcelona (6,9%).
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Ningún país puede prosperar cuando la vida laboral de sus ciudadanos está entre los 25 y los 45 años, discriminando por edad y dejando en la miseria a los trabajadores y sus familias (y dejando entrar a millones de ilegales que compiten por las migajas con los españoles más desfavorecidos). Evidentemente algo va a pasar en España en algún momento. Por lo menos, ahora empieza a haber gente que da luz al problema, no como hasta ahora, cuando partidos y periodistas simplemente lo ignoraban.