El empeño de los Obispos por mantener abierto su canal de televisión les volvió a salir caro en 2017. Ese año, Trece registró pérdidas de 10 millones de euros que se unieron a las de 72 que tuvo durante sus seis primeros años de actividad, según figura en el Registro Mercantil. Este esfuerzo económico no se ha traducido en una elevada cuota de pantalla, pues, al contrario que COPE, la cadena de la TDT de la Conferencia Episcopal tiene una audiencia minoritaria, que ronda el 2%.
Ciertamente, hacer televisión es caro y complejo para las empresas que disponen de una licencia de emisión y son ajenas al duopolio Atresmedia y Mediaset. Una parte de ellas, optaron hace tiempo por adjudicar la gestión del canal a una major estadounidense (Disney, Discovery, Turner, Viacom...) para intentar sacar beneficios de este activo (Vocento o Unidad Editorial) sin invertir más que lo justo y necesario. Otras, como Real Madrid TV y Trece, apostaron por dedicar varias horas al día a la realización de sus propios programas (Real Madrid TV contrató a Roures). Es decir, por la opción más cara.
Esta política le ha generado pérdidas multimillonarias a los Obispos, que han 'enterrado' en este canal 82,3 millones de euros desde su puesta en marcha, en 2011. En 2017, fueron muy similares a las de 2016 (10 millones), pese a la significativa mejora de la cifra de negocio, que fue de casi el 7%.
Al déficit que ha tenido este negocio durante todos los años, desde su nacimiento, se une el malestar con la línea editorial del canal que han mostrado, en determinados momentos, algunos grupos dentro de la Iglesia. Un ejemplo tuvo lugar en 2016, cuando el Foro Curas Madrid acusó a 13 TV de ser “refugio y altavoz de los sectores más reaccionarios de la sociedad”; y de defender “una espiritualidad poco cercana a quienes viven, no por voluntad propia, en los márgenes de la sociedad.
Rescate financiero de los Obispos
Las pérdidas que ha generado el negocio durante los últimos años han obligado a la Conferencia Episcopal a realizar un esfuerzo financiero para mantener con vida este negocio. De hecho, en los ejercicios 2016 y 2017 le concedió una línea de crédito participativo con un límite de 20 millones de euros que ya se ha alcanzado, según se detalla en las cuentas.
Por otra parte, la complicada situación económica de Trece ha llevado a algunos de sus proveedores a capitalizar al menos una parte de su deuda. Así ocurrió con la distribuidora cinematográfica de Enrique Cerezo, Video Mercury Films, que posee 1.657 acciones de este canal, equivalentes al 1,67% del capital. En el caso de su competidora alemana Beta Films, su porcentaje es del 5,94% y su número de participaciones, de 5.891, lo que le convierte en el cuarto accionista, por delante de Cadena COPE.
También optó por capitalizar deuda Unidad Editorial, propietaria de 1.482 participaciones, es decir, el 1,50% del total. Esta empresa -dueña de El Mundo, Marca y Expansión- alquilaba la frecuencia de emisión a los Obispos hasta que en 2015 el Ejecutivo de Mariano Rajoy les concedió una licencia en propiedad. Su presencia en el accionariado tiene que ver con las cantidades insatisfechas de aquel contrato.
En los últimos tiempos, como se reconoce en sus cuentas, la empresa ha aplicado una reducción de costes que le ha llevado a reducir su porcentaje de producción propia y a redoblar su apuesta por la ficción. Sea como fuere, su principal puntal en la parrilla de programación es todavía El Cascabel, el debate presentado por Antonio Jiménez.
La pregunta es si la Conferencia Episcopal será capaz de rentabilizar a medio y largo plazo este proyecto televisivo, dada la compleja situación que atraviesa y el coste financiero que ha tenido para la Iglesia española, su principal accionista.