BBVA cuenta con 7.699 sucursales repartidas por todo el mundo y ya vende dos tercios de sus productos de manera online. En el entorno actual de bajos tipos de interés y negativos, en los que sólo se pude crecer mediante reducción de costes, parece evidente siguiendo la lógica financiera, que el próximo paso a dar del segundo banco español será el de cerrar.
Aunque el banco mantiene la idea de seguir con su plan actual de cierre de oficinas, el acelerón que han dado las ventas digitales -55% (antes del covid-19) frente al 66% actual- hace viable creer que BBVA tiene margen para hacer alguna reestructuración de este tipo.
No obstante, el cierre de sucursales no tiene por qué ir acompañado de un recorte similar de empleados pues el negocio digital, como ha explicado Onur Genç, hace que los clientes se relaciones más veces con el banco.
Los clientes que iban al banco se relacionaban con éste una media de una vez cada 45 días. Ahora, la frecuencia se ha reducido a 15 días. Por lo que ahora se exige más atención. Asimismo, el número de visitas a BBVA se han incrementado un 35% tras el coronavirus, tal y como ha explicado el consejero delegado del banco, Onur Genç.
Mejora de las previsiones
BBVA ha elevado sus previsiones de resultados para el conjunto del ejercicio 2020 por la mejora del negocio en México, lo que repercutirá en un aumento de los ingresos recurrentes gracias a la recuperación del crédito minorista y a la gestión de precios, y confía en volver a pagar dividendo.
El banco prevé batir sus expectativas de reducción de costes para el año 2020 y mejorar así sus perspectivas del coste del riesgo hasta situarse en un rango entre el 1,5 % y el 1,6 % en el acumulado del año, gracias a una mejor evolución en México.
Las estimaciones del banco indican que cerrará el año con un ratio de capital CET1 'fully loaded' -el de máxima calidad- por encima del rango objetivo, y su intención es reanudar la remuneración al accionista, una vez que se elimine la recomendación existente por parte del supervisor y se disipen las incertidumbres por la covid-19.
Hasta junio, el banco registró unas pérdidas de 1.157 millones de euros por los ajustes de valoración de su filial en EEUU, pero ya entonces señaló que esperaba cerrar el año en beneficios y poder pagar en 2021 un dividendo en efectivo con cargo a 2020, siempre que los supervisores levantaran el veto.