La normalidad no llega a las peluquerías. Tampoco a las salas de espera de las clínicas, consultas y otros tantos establecimientos. Más allá de la obligatoriedad de llevar mascarilla, del aforo y del hidrogel, este tipo de negocios se muestran reticentes a recuperar las revistas y catálogos que tantas visitas han amenizado.
Durante la primera ola de la pandemia, cuando no se conocía prácticamente nada del SARS-CoV-2 y los contagios, hospitalizaciones y muertes aumentaban sin parar, las distintas autoridades sanitarias publicaron una serie de guías con recomendaciones para prevenir su propagación.
Las autoridades y asociaciones del sector advirtieron de la necesidad de retirar todas las revistas, tabletas y catálogos de información en peluquerías tras el confinamiento
Entre las medidas, y de cara a la reapertura de las peluquerías después del confinamiento, se advertía de la necesidad de retirar todas las revistas, tabletas y catálogos de información para evitar su manipulación por parte de diferentes personas.
Pero a medida que los científicos, médicos, virólogos, infectólogos y epidemiólogos fueron avanzando en sus investigaciones, algunas de las teorías sin base que se lanzaron en un principio comenzaron a perder validez. Ni los niños eran supercontagiadores de la Covid-19, ni los periódicos y revistas transmitían el virus.
Coger revistas no contagia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se pronunció sobre este asunto a principios de mayo de 2020. Afirmó que no existía ningún caso en todo el mundo de contagio de coronavirus por compartir periódicos o revistas, es decir, papel impreso. La organización lo considera "infinitamente insignificante", por lo que las revistas y los periódicos no eran un potencial transmisor del virus.
La Asociación de Medios de Información (AMI) recordó entonces que el riesgo de contagio por tocar una publicación nunca se había documentado. Tampoco por su uso compartido.
Según informó la AMI, los editores, así como la cadena logística que permite la llegada de los periódicos a su destino final, habían adoptado "las precauciones de seguridad necesarias en las plantas de impresión, el proceso de distribución, los quioscos y las entregas a domicilio".
La Asociación Internacional de Medios de Información (INMA), insistió en que nunca había habido un incidente documentado en el que la enfermedad fuese transmitida por un periódico, revista, carta impresa o paquete impreso.
Grandes cadenas de peluquerías
Sin embargo, cerca de un año y medio después de aquellos pronunciamientos, miles de peluquerías y salas de espera continúan sin ofrecer revistas para sus clientes y pacientes. Por lo que el negocio se ha visto resentido y las asociaciones del sector trabajan en campañas para volver a la normalidad.
"Actualmente, el regreso de las revistas a las peluquerías está siendo más lento de lo deseable. Esto no ha afectado tanto a la venta de ejemplares, como al número de lectores por ejemplar, pero estamos trabajando para cambiar esta irregularidad", indica Yolanda Ausín, directora general de la Asociación de Revistas ARI.
"Creemos que las peluquerías independientes las han ido incorporando con mayor velocidad, pero no ocurre lo mismo en las grandes cadenas. Consideramos que el coste de las revistas no supone un gasto importante para estas peluquerías, por eso pensamos que la causa de esta reticencia está en la desinformación", explica a Vozpópuli.
Desde ARI reconocen que el sector se ha visto perjudicado con la ausencia de publicaciones en peluquerías y otras salas de espera. Aseguran que no es posible calcular la cifra exacta correspondiente a estos centros pero que la caída en ventas es leve.
"El papel permanece estable desde antes de la pandemia, mientras que el formato digital crece exponencialmente, pero las revistas tienen lectores en ambos formatos y es importante mantenerlos en su plenitud", apunta Ausín.
La Asociación de Revistas que dirige trabaja en una campaña de para que las peluquerías rescaten la tradición de ofrecer lectura a sus clientes. "Las revistas son inherentes a estos servicios. Los clientes acuden a relajarse y a desconectar del móvil. Forman parte de la experiencia. Confiamos en que el avance la vacunación y la mejora de la situación epidemiológica contribuyan a recuperar la normalidad", sentencia.
Rebelión de las tijeras rotas
Además de cambiar los hábitos de la clientela, la pandemia ha provocado que muchos negocios se hayan visto obligados a cerrar. Peluquerías y centros de estética preparan movilizaciones en septiembre y octubre para que se vuelva a establecer el IVA del 10%, y recuperar así la tasa impositiva del 2012.
Antes de llegar al Gobierno, el PSOE se comprometió a ello, pero, tras años de peticiones, el Ejecutivo, sigue sin cumplir su promesa. Tras enviar de forma masiva miles de peticiones firmadas a Moncloa para reclamar la restitución del IVA reducido, el sector se prepara para salir a la calle y reactivar la 'Rebelión de las tijeras rotas'. El coronavirus, los impuestos y una factura de la luz disparada están haciendo mella en sus cuentas.