El Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) pueden llegar a acuerdos. Aunque las elecciones del 23J demuestren lo contrario. Un asunto crítico como la manera en la que se produce, distribuye y comercializa la luz en toda Europa ha puesto de acuerdo a los socialistas y populares europeos, con un claro protagonismo de dos miembros de Génova y Ferraz.
Nicolás González Casares, eurodiputado socialista, y Pilar del Castillo, eurodiputada popular, celebraron el pasado miércoles el acuerdo logrado en el Parlamento. El primero, el ponente portavoz en el Parlamento de esta reforma que, tras recibir la propuesta de la Comisión, propuso una serie de enmiendas que casaban con la hoja de ruta del Gobierno español y en las que ha tenido que ceder para llegar a un acuerdo. “Una nueva victoria del Grupo de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo en esta transición verde, pero también un éxito del Parlamento Europeo. Tenemos un mandato claro para apostar por negociaciones interinstitucionales”, destacó González Casares al finalizar la votación de la Comisión de Industria y Energía del Parlamento.
Del Castillo, por su parte, ha sido clave en el trabajo junto a la portavoz de los populares europeos, la portuguesa Maria da Graça Carvalho, e incluyó una serie de enmiendas destinadas a preservar el actual sistema marginal de fijación de precios. “El capítulo más complicado del acuerdo fue el referido a las situaciones de crisis energética”, explica Pilar del Castillo a Vozpópuli. “El ponente portavoz respaldaba incluir un tope a los ingresos de las tecnologías inframarginales y fijación de precios. Una propuesta que no ha recibido un apoyo mayoritario y no ha salido adelante”, añade.
PP, PSOE, Renew y Los Verdes
La representante del PP comenta que del acuerdo con el Grupo de Socialistas y Demócratas, Renew y Los Verdes sale una reforma que permite una mayor integración del mercado de energía y no perjudica a la seguridad del suministro. También celebra que es un pacto entre partidos que respeta la seguridad jurídica para atraer inversiones, repercute positivamente en la competitividad de la Industria, ofrece un camino para tener precios asequibles para los consumidores, y ayuda en tiempos de crisis energética a los hogares vulnerables, a las PYMEs y a la industria de consumo intensivo de energía.
“Los objetivos de la reforma del mercado eléctrico buscaban reducir la volatilidad de los precios de los mercados mayoristas en las facturas de los consumidores, hacer que la factura sea más predecible e impulsar la inversión en las renovables. Eso es lo que presentó la Comisión y, con pequeñas mejoras, eso es lo que sale del Parlamento”, expone Del Castillo. “Ahora tenemos que esperar a que el Consejo de la Unión Europea (UE) establezca su posición común que, a día de hoy, no ha alcanzado”, recuerda la eurodiputada del PP.
En manos del Consejo
El Parlamento Europeo está listo para iniciar negociaciones con los estados miembros y la Comisión de la UE (trílogos) para un acuerdo final. Paralelamente, los 27 países de la UE aún no han finalizado ni acordado su mandato de negociación sobre la revisión del diseño del mercado eléctrico de la UE. Las diferencias entre Francia, Polonia y Alemania hace el acuerdo imposible, de momento. Se espera que se acerquen posturas en otoño para que comiencen los diálogos a tres bandas. La reforma del diseño del mercado eléctrico de la UE debe finalizar a finales de 2023.
Esta propuesta tiene como objetivo poner fin a la incertidumbre de inversión en los mercados de electricidad y acelerar la construcción de energías renovables, competitivas y de cosecha propia. El mensaje que salga del acuerdo de las tres ‘patas’ que conforman la Unión Europea servirá para generar confianza entre los inversores, aquellos que apuestan por el sector, y para los consumidores, los que asumen el coste de esta transición en sus facturas. Si no hay acuerdo, los objetivos energéticos y climáticos de la UE estarán fuera de alcance.
