El parón que ha sufrido el crédito de los bancos a familias y pequeñas empresas ha abierto un nuevo escenario en el mundo de los préstamos. Algunas empresas ya han descubierto cómo llenar ese hueco y cubrir la necesidad de crédito que antes concedían los bancos. Se trata de las plataformas de préstamos entre particulares o préstamos P2P (de la expresión en inglés ‘peer to peer’). En España ya operan algunas de ellas, como Zank o Comunitae, a las que recientemente se acaba de sumar la alemana Lendico.
El negocio de estas empresas va en dos sentidos: por un lado, aquellos que quieren pedir un crédito y, aun siendo solventes, no cumplen las condiciones que marca la banca; por otro, los inversores que prestan su dinero. Para estos últimos, estas plataformas se presentan como un producto de inversión que les ofrece una rentabilidad más elevada que los productos tradicionales de ahorro, como los depósitos bancarios.
Un sector emergente
Una de estas empresas es la española Zank, que opera desde noviembre de 2013. Según cuenta Luis Reig, uno de sus fundadores, a Vozpópuli, estas empresas aprovechan la “sequía de crédito” que se da actualmente, siguiendo la tendencia de “desintermediación” que se está dando en el sector financiero.
Según Reig, en estos primeros meses Zank ha recibido más de 250 solicitudes de préstamo pero, tras analizar los riesgos, sólo ha aceptado una decena. Los intereses de los préstamos aprobados hasta la fecha van del 6% al 13%, dependiendo de las posibilidades de impago, y la rentabilidad media para los inversores es del 8%. La empresa se queda con una comisión del 2%.
Actualmente, la red de inversores ronda los 350, que hasta el momento han prestado algo más de 200.000 euros, aún muy lejos de alcanzar las cifras de la estadounidense Lending Club, fundada en 2006, que en enero gestionó préstamos P2P por 258 millones de dólares (casi 190 millones de euros). Está previsto que Lending Club, que cuenta con el gigante Google entre sus accionistas, se convierta en la primera empresa de préstamos P2P en salir a bolsa, con un salto al parqué previsto a lo largo de este año.
Lending Club abrió el camino a todas estas empresas, a las que recientemente se acaba de unir en nuestro país la alemana Lendico. Esta compañía ha decidido comenzar en España su proceso de internacionalización, que continuará en Latinoamérica, con especial incidencia en Brasil y México.
Las rentabilidades que ofrece Lendico a los inversores varían entre el 2,9% y el 19%, mientras que los intereses para los prestatarios van del 3% al 6,3% dependiendo de la solvencia que acredite el prestatario, según ha explicado a este medio Tommaso Tomba, director general de Lendico en España. Al igual que en el caso de Zank, los intereses están muy por debajo de los préstamos personales que ofrece la banca, que actualmente rondan el 8%, y la rentabilidad para los inversores es similar a la que se puede obtener con productos financieros de alto riesgo.
Medir el riesgo
La capacidad de estas empresas para captar inversores en España podría verse mermada por la alarma social que han creado entre los ahorradores ciertos productos financieros, como las preferentes o la deuda subordinada. Así, la Asociación de Usuarios de Bancos y Cajas de Ahorros (Adicae) recomienda pensar detenidamente antes de entrar como inversor.
Adicae advierte de que “la rentabilidad no está garantizada y depende de si la persona que recibe el crédito va pagándolo”. Es decir, el inversor debe tener en cuenta el riesgo de impago por parte del prestatario. Según señalan tanto desde Zank como desde Lendico, la mora en estas plataformas ronda el 2%-3%, frente al 14% de impagos que registra la banca. Por este motivo, no pueden ofrecer al inversor ningún tipo de garantía, aunque Zank aconseja escoger un número elevado de préstamos que financiar para así diluir el riesgo.
El acceso a un crédito de este tipo tampoco es sencillo, aunque de entrada se presenten como una alternativa a la banca. Según Tomba, Lendico rechaza entre el 80% y el 90% de las solicitudes que recibe, porcentaje mucho más elevado en el caso de Zank, aunque se trate de pequeñas cantidades de dinero (hasta 25.000 en Lendico y hasta 10.000 en Zank).
Otra de las advertencias de Adicae es que no hay ningún organismo o regulador que controle la actividad de estas empresas, cuya única obligación legal es respetar la ley de blanqueo de capitales. La Asociación señala en su lista de advertencias otra limitación legal: no pueden captar ahorro, para lo que precisarían de una autorización legal que les permitiera operar como entidades de crédito.
Aunque las plataformas de préstamos entre particulares estén floreciendo al margen de la banca y aprovechando un terreno que las entidades financieras han dejado de lado, algunas publicaciones económicas, como Forbes, creen que “pueden ser útiles a su manera” pero, en ningún caso “van a reemplazar a los bancos”.