La subida de los precios de la electricidad después del verano ha llegado para quedarse. Al menos, hasta las primeras semanas del próximo 2018. El mercado se prepara para asistir a una nueva situación de tensiones inflacionistas en un escenario marcado por las circunstancias climatológicas (ausencia de lluvia y viento); la elevada demanda, producto de una mayor actividad económica y de la previsible caída de las temperaturas; e incluso a factores externos, como una posible nueva tensión nuclear en Francia.
En octubre, el mercado mayorista de la electricidad ha vuelto a situarse por encima de la cota de 60 euros megawatios/hora durante la mayoría de los días, registros que recuerdan a los alcanzados en las últimas semanas de 2016, cuando comenzó a detectarse una escalada de precios que llegó a superar los 100 euros megawatio/hora.
Pero todo apunta a que la situación actual se mantendrá en los próximos meses. Al menos, así lo atestiguan las cifras de los mercados de futuros, que apuntan a que los precios del mercado mayorista se mantendrán cómodamente instalados por encima en el entorno de los 65 euros. Un escenario que persistirá al menos hasta febrero.
Y eso que las lluvias que llegaron a la Península Ibérica durante la pasada semana han contribuido a relajar un poco la tensión en el mercado. Poco antes, los mercados de futuros ya reflejaban precios por encima de los 70 euros y con una tendencia alcista que no auguraba nada bueno para los consumidores.
Energías más caras
En realidad, la situación no ha cambiado en exceso porque todo parece indicar que los primeros síntomas del otoño, más de un mes después de su entrada oficial, se reflejarán más en una ligera bajada de las temperaturas y no en un incremento de las lluvias o el viento. Por lo tanto, fuentes de energía como la eólica y la hidráulica seguirán teniendo un peso menor en el ‘pool’ eléctrico, en detrimento de fuentes más caras como el carbón y los ciclos combinados. Es decir, el escenario adecuado para que el recibo de la luz siga dando disgustos en los hogares españoles.
Fuentes de energía como la eólica y la hidráulica seguirán teniendo un peso menor en el ‘pool’ eléctrico, en detrimento de fuentes más caras como el carbón y los ciclos combinados
Este lunes, la Federación de Asociaciones de Ingenieros Industriales de España (Faiie) hizo público que el mercado mayorista de la electricidad alcanzó su mayor pico del año, concretamente en 182,54 euros megawatio/hora.
Aunque se trata de una situación muy concreta, que se corresponde con la llamada reserva de potencia adicional a subir, la Faiie advierte de la subida en el precio que se ha detectado desde finales del pasado mes de agosto e insta a adoptar medidas para la moderación del mismo.
Repetición de la jugada
Unas medidas que, en todo caso, están en manos del Gobierno, toda vez que el comportamiento del mercado mayorista tiene un peso del 35% aproximadamente en el recibo de la luz. El resto se corresponde con peajes e impuestos.
La fuerte subida de precios registrada a finales de 2016 y comienzos de 2017 puso en alerta a los consumidores que, además, venían de un ejercicio en el que los precios fueron anormalmente bajos debido a las favorables circunstancias climatológicas. El Gobierno ha insistido en que el comportamiento del mercado es muy similar al registrado en 2015, con el que, efectivamente, hay pocas diferencias en los precios que se han registrado.
No obstante, el panorama climático, el esperado incremento de demanda ante la bajada de las temperaturas, la mayor actividad económica y nuevas tensiones en el sector nuclear en la vecina Francia vuelven a amenazar con un invierno de fuertes tensiones en el recibo. Las señales comienzan a llegar ya con demasiada fuerza.