Repsol cerró el primer semestre de 2019 con un resultado neto ajustado de 1.115 millones de euros, muy similar al de 1.132 millones de euros que registró en el mismo periodo de 2018 aunque en un contexto de precios del petróleo más bajos y también de menor producción por la paralización de la actividad en Libia. El beneficio neto de la energética fue de 1.133 millones, un 26% por debajo del comparable del pasado año, que incluía plusvalías de 366 millones por la venta de la participación restante en la entonces denominada Gas Natural Fenosa (hoy Naturgy).
A la vista de los resultados, el consejo de administración de la compañía ha decidido aprobar una amortización de capital del 5% para ejecutar antes de que finalice el año y que servirá para incrementar la remuneración al accionista. Repsol mantiene el objetivo de que ésta alcance la cifra de un euro por acción el próximo año. La nueva amortización será adicional a las que la compañía realiza tras las entregas de los dividendos en acciones para evitar la dilución de los socios.
La producción se redujo un 3,7% debido a las dificultades en Libia
Por áreas de negocio, Repsol consiguió resultados de 646 millones en la de producción (upstream), prácticamente idénticos a los del periodo enero-junio de 2018. La producción se redujo un 3,7%, hasta 697.000 barriles equivalentes de petróleo al día debido a las citadas dificultades en Libia, cuya actividad ha estado detenida durante buena parte del semestre.
En la de refino, química y trading (dowstream), Repsol obtuvo un resultado de 715 millones, un 6% por debajo de la del primer semestre de 2018, afectada por la caída de los márgenes internacionales en la actividad de refino y los inviernos suaves registrados en Europa y EEUU, que influyeron en los negocios de gas y GLP.