Sacyr ya no es accionista de Repsol, pero su presidente y CEO se mantiene como vicepresidente del consejo de administración de la energética. Manuel Manrique sigue, de momento, como consejero externo dominical y vicepresidente de la mesa de gobierno. Unos cargos que seguirá ocupando mientras el consejo que preside Antonio Brufau y el propio Manrique no decidan lo contrario.
El consejero delegado de Sacyr no tiene que renovar su cargo hasta 2025. Manrique fue nombrado consejero de Repsol por acuerdo del consejo de administración el 25 de abril de 2013, posteriormente, ratificado y nombrado por la Junta General de Accionistas el 31 de mayo de 2013. Un cargo para el que sería reelegido tanto en la Junta General de Accionistas de Repsol del 19 de mayo de 2017 como en la del 26 de marzo de 2021.
Desde octubre de 2011, lo compatibiliza con el cargo de presidente del consejo de administración de Sacyr. Una silla del representante de la concesionaria en Repsol que se ha mantenido desde 2006, cuando Sacyr invirtió más de 6.000 millones de euros en el 20% del capital, a un precio medio de 26,71 euros. Este lunes, la compañía que lidera Manrique ha anunciado la venta de la última parte de su participación con las acciones de la petrolera en 15,3 euros.
Por lo tanto, Manuel Manrique tiene tres años más de mandato como vicepresidente del consejo de Repsol. Su figura será ahora una de las grandes incógnitas en los próximos en la mesa de gobierno de la compañía que preside Antonio Brufau y dirige Josu Jon Imaz. La compañía está inmersa en un proceso de transformación verde y una reconfiguración de su modelo de negocio, donde sus decisiones en los próximos tres años serán claves para ejecutar este cambio.
La salida de Sacyr de este lunes ha sonado a una rotura total de esta relación empresarial de 16 años. "Sacyr quiere expresar su apoyo total a la estrategia de negocio y a las políticas de lucha frente al cambio climático de Repsol", explicaba en su comunicado. Por lo tanto, no es de extrañar, como apuntan fuentes del sector a Vozpópuli, que la salida de Manrique se analice en las próximas reuniones del consejo de administración.
Sacyr afronta una etapa sin Repsol
Otro de los puntos que alimenta la posible salida de Manrique del consejo de administración son los nuevos tiempos que afronta su empresa tras su ansiada salida de Repsol. La compañía explicaba en su anuncio que esta operación supone el cumplimiento de uno de los objetivos del Plan Estratégico 21-25 de Sacyr, que "es mejorar la visibilidad del balance y la previsibilidad de la cuenta de resultados".
Sacyr pretende desde ya mejorar su perfil concesional, que ahora aporta el 83% del EBITDA, reducirá la deuda con recurso (a lo que contribuye también esta operación), aumentará la retribución al accionista e integrará la sostenibilidad en toda su cadena de valor. La venta reduce la deuda asociada a dichas acciones en 563 millones y deja a Sacyr un saldo positivo de caja de 58 millones de euros, que se destinarán a reducir deuda con recurso y a atender su plan de inversiones en concesiones.
Una vez cerrada la salida de Repsol, Sacyr se centrará "aún con más fuerza" y "determinación", según insiste en su comunicado, en el cumplimiento del resto de objetivos de su Plan Estratégico y en su consolidación como un desarrollador y operador de concesiones.