Pietro Salini, consejero delegado de Impregilo, dejó impronta ante el mundo entero de su estilo, nada conciliador. El ejecutivo italiano incendió aún más el conflicto entre el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), encargado de la ampliación del Canal de Panamá, y la empresa administradora de la infraestructuras por los sobrecostes de la obra. Por su cuenta, a través de los medios, con un mensaje diferente al del consorcio, Salini no hizo sino aflorar como el ideólogo de la estrategia de GUPC basada en el preaviso de paralización de los trabajos si no perciben los sobrecostes.