Repsol estudia tres medidas de urgencia para evitar la degradación a bono basura. La primera que está sobre la mesa, la posible suspensión del dividendo o recortarlo un 50%, lo que llevaría a su accionista Sacyr camino del abismo porque necesita esta retribución para cubrir el servicio de la deuda del préstamo con el que compró su 8,7%. También baraja acelerar una emisión de bonos de 3.000 millones de euros o vender una parte de su 30% en Gas Natural.

Los dos meses más intensos de la historia reciente de Sacyr, los que ha durado la crisis de la ampliación del Canal de Panamá, han dado paso a una fase de cierto respiro para la compañía que preside Manuel Manrique que, ahora, se centrará en cumplir los nuevos plazo fijados para la entrega de la obra y, además, en el refuerzo de unos fondos propios que se han reducido un 75% en los tres últimos años. Ante los analistas, Manrique aseguró que opciones como la ampliación de capital o emisiones de bonos están encima de la mesa. 

Los administradores de Sacyr han optado por la prudencia a la hora de valorar el impacto de la ampliación del Canal de Panamá en sus cuentas. En contra de lo que hicieron en 2012, cuando consignaron como ingresos la totalidad de lo que habían reclamado por los sobrecostes de las obras, esta vez el grupo que preside Manuel Manrique ha elaborado las cuentas bajo el supuesto de que tan sólo percibirá unos 300 millones de euros por este concepto, una cuarta parte de lo que reclama. 

Las negociaciones entre la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) para solventar los problemas de liquidez que amenazan la ampliación de la vía interoceánica entran en una nueva fase definitiva. El administrador principal del Canal, Jorge Quijano, ya espera la llegada a Panamá de los principales ejecutivos de las compañías que componen el consorcio, liderado por Sacyr, para cerrar un acuerdo al que aún le restan algunos puntos discordantes. 

Impregilo, el socio italiano de Sacyr en el consorcio Grupo Unidos por el Canal, fue el principal protagonista de la última reunión del grupo de empresas con la Autoridad del Canal de Panamá... por su ausencia. El encuentro no finalizó en acuerdo, aunque las partes han dejado la puerta abierta a nuevos encuentros que, a buen seguro, se producirán en las próximas horas. No obstante, lo más probable es que las obras se paralicen ya que se antoja muy complicado un acuerdo antes del lunes.

Las negociaciones por los sobrecostes de la ampliación del Canal de Panamá entran en su fase decisiva sin que el clima entre las partes haya mejorado. El compromiso de finalizar las obras manifestado este lunes por el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, ha tenido como respuesta la exigencia por parte de la Autoridad del Canal de Panamá de plasmar la promesa por escrito en un documento oficial en el que también se comprometerían a buscar el dinero que falta para concluir los trabajos.

El conflicto por los sobrecostes de la ampliación del Canal, que afectan a Sacyr por su condición de líder del consorcio adjudicatario de la obra, inquieta especialmente a las entidades financieras acreedoras del grupo. Algunas de ellas ya han solicitado a la compañía una reunión para que les informe sobre el estado de las negociaciones con las autoridades locales y, sobre todo, si precisarán de financiación. La banca no quiere sorpresas ante la cercanía de hitos como los test de estrés del BCE y la revisión de activos de la EBA.

El presidente de Sacyr, Manuel Manrique, aprovechó su breve estancia en Madrid para comparecer ante los medios y hablar sobre el conflicto de los sobrecostes del Canal de Panamá que afecta al consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderado por el grupo español. Su mensaje no fue muy distinto del que proclamó hace unos días en el país centroamericano: GUPC acabará las obras y no hay otro escenario que no sea el acuerdo con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).

La reunión prevista para dirimir el futuro de las obras de ampliación del Canal de Panamá se ha aplazado sin nueva fecha prevista para su celebración. El encuentro entre la Autoridad del Canal de Panamá y Zurich, encargada de asegurar el proyecto, fue suspendido a última hora, según recoge la prensa local. En esta pequeña cumbre se iban a analizar las alternativas a contemplar por si, finalmente, se paralizaran las obras por parte del consorcio GUPC, como reza el preaviso que remitió a finales del pasado diciembre.

Pietro Salini, consejero delegado de Impregilo, dejó impronta ante el mundo entero de su estilo, nada conciliador. El ejecutivo italiano incendió aún más el conflicto entre el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), encargado de la ampliación del Canal de Panamá, y la empresa administradora de la infraestructuras por los sobrecostes de la obra. Por su cuenta, a través de los medios, con un mensaje diferente al del consorcio, Salini no hizo sino aflorar como el ideólogo de la estrategia de GUPC basada en el preaviso de paralización de los trabajos si no perciben los sobrecostes.

El administrador principal del Canal de Panamá, Jorge Quijano, canceló el pasado miércoles un encuentro con representantes del consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), entre ellos el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, en el que iban a proseguir las negociaciones para tratar de encontrar una solución al problema de liquidez de la obra de la ampliación. Quijano aseguró en el Parlamento panameño que la ACP ya tiene el sustituto para el consorcio si éste paraliza definitivamente los trabajos.

El presidente de Sacyr, Manuel Manrique, se encuentra ya en suelo panameño para asumir personalmente las riendas de la negociación entre el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), que lidera la empresa española, y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) acerca de los sobrecostes exigidos por el contratista en la obra de ampliación de la infraestructura. La tensión ha llegado a sus cotas máximas en los últimos días debido a que GUPC amenaza con no continuar con las obras si la ACP no atiende sus demandas.

José Manuel Loureda, fundador y ex presidente de Sacyr, ha puesto en el mercado cerca de un 3,5% del capital de la compañía desde que se inició el presente año. Unos movimientos que están relacionados con los compromisos financieros que ha tenido que asumir con sus acreedores y que tienen que ver con la ampliación de capital que llevó a cabo la compañía a comienzos de 2011 y a la que Loureda acudió al 100%. El histórico ejecutivo está comprometido con la actual dirección de la empresa y espera que no tenga que desprenderse de más títulos.