Los bancos españoles presentarán esta semana las cuentas de resultados correspondientes el primer trimestre del año. Un intervalo en el que el negocio apenas se ha visto afectado por el coronavirus.
Llegados a este punto, a las entidades se les presenta una enorme disyuntiva, pues tienen que aprovechar el momento para provisionar, pero sin pasarse, ya que el precio de la acción ha sufrido mucho en estos meses y un paso en falso podría ser muy negativo para el valor en Bolsa, sobre todo para aquellas que ya venían más tocadas del 2019, como pueden ser Bankia o Sabadell.
Bankinter, que siempre se ha desmarcado del resto de sus competidores, ya hizo públicos sus resultados la semana pasada. Para sorpresa de muchos, realizó una provisión bastante prudente. Apenas duplicó la cuantía con respecto al año anterior, lo que contrasta con otras entidades internacionales, que han llegado multiplicar hasta por siete veces esta cifra, como es el caso de Credit Suisse, por ejemplo. También se podría mencionar a Citigroup, que elevó sus provisiones a casi 4.900 millones de dólares para hacer frente a potenciales pérdidas.
El Banco de España ha publicado recientemente un informe preliminar en el que analiza la repercusión de la pandemia del coronavirus en la economía española en 2020 y 2021.
De los tres escenarios planteados, el más negativo contempla que el confinamiento se alargue hasta el 6 de junio, lo que hundiría el Producto Interior Bruto (PIB) un 13% este año. Caixabank también ha hecho sus propias estimaciones y han ido cambiando en cosa de un mes. En marzo pensaba que el PIB sólo se iba a retraer un 3,6% y ahora lo ha elevado hasta un 7,2%.
El 2020, un año perdido
Estos datos tan agoreros obligan al sector a prepararse para lo peor, y más teniendo en cuenta que, según el último informe de Barclays, las entidades que cotizan en el Ibex 35 reducirán su beneficio en 7.200 millones de euros en 2020, esto es un 44,91% menos que en las estimaciones pasadas, en las que se esperaba un beneficio neto conjunto de 16.063 millones de euros.
A esto hay que sumar que el atractivo del dividendo también ha desaparecido, puesto que el Banco Central Europeo (BCE) ha recomendado suprimirlo hasta nuevo aviso. Así lo ha hecho todo el sector, que ha anulado, el que ha podido, el dividendo de 2019 y se ha puesto en revisión el de 2020. Todo ello no ayuda a que los títulos de las entidades suban en la Bolsa, acciones que ya de por sí están muy tocadas por la situación del mercado, estando casi todos los bancos en mínimos históricos.