El ahorro sigue penalizado a pesar de que el Banco Central Europeo ha realizado siete subidas consecutivas del precio oficial del dinero desde julio del pasado año. La última, el jueves pasado, cuando elevó el tipo de interés oficial de 3,5% al 3,75%.
Las entidades bancarias españolas han trasladado los nuevos tipo de interés sólo a las operaciones de su activo, es decir, a los créditos que conceden a familias y empresas. Sin embargo, actúan con una parsimonia reverencial a la hora de retribuir el dinero depositado por sus clientes en cuentas corrientes y depósitos a plazo, porque no lo necesitan en estos momentos.
Tienen exceso de liquidez, del que han presumido en la presentación de los resultados del primer trimestre de este año los principales ejecutivos del sector, derivado de las ayudas financieras del BCE tras la pandemia, para evitar la paralización de la actividad económica.
No hay más que repasar las estadísticas del Banco de España para comprobar que, mientras el tipo de interés para la compra de una vivienda se situó en el 3,73% en marzo (como promedio en términos TAE), y en el 3,54% TEDR, los depósitos a plazo se retribuyeron en marzo a una media del 1,31%, menos de la mitad. Hace un año, los créditos costaban un 1,54%, cuando el euríbor estaba aún en negativo, y los depósitos a plazo se pagaban al 0,04%.
Las presiones del Banco Central Europeo y del Banco de España parece que han caído en saco roto, porque la traslación de la nueva situación monetaria se está llevando a cabo, tanto en España como en Portugal, de una forma demasiado tranquila, en comparación con el resto de países que comparten la moneda única. Sólo las Letras del Tesoro pueden obligar a los bancos a modificar su pereza retributiva.
Los últimos datos que ha publicado el Banco de España dejan bien a las claras que los ahorradores tienen muy pocas opciones para sacar una rentabilidad adecuada a su dinero. Porque, a pesar de unas remuneraciones poco atractivas y muy lejanas de los tipos de referencia oficiales del BCE, incluida la facilidad de depósito, en el pasado mes de marzo un total de 11.480 millones de euros se han trasvasado a depósitos bancarios a plazo. Se trata de la cifra más alta en un mes desde hace casi cuatro años. Habría que remontarse a mayo de 2019 para encontrar un dato mejor: 11.893 millones de euros.
Durante los tres primeros meses de este año, las familias han trasladado a depósitos a plazo un total de 24.066 millones de euros, 9.269 millones de euros más que en el mismo periodo de 2022, lo que supone un incremento del 62,54%. Los 11.480 millones del mes de marzo representan un aumento de un 70,6% en relación a la cifra de febrero, y del 132,15% si la comparación se realiza sobre marzo del pasado año.
Procedencia del ahorro
¿De dónde proviene este dinero? Fundamentalmente, de las cuentas corrientes. De acuerdo con los datos del Banco de España, el dinero guardado en cuentas a la vista de las familias (las más habituales y las peor remuneradas por las entidades financieras) sigue en caída libre, después de que en el pasado mes de diciembre marcara su máximo histórico en 941.804 millones de euros. En marzo, la cifra ha bajado a 915.606 millones, lo que supone una reducción de 26.198 millones, una cifra muy similar a la que han captado los ahorros a plazo. La diferencia puede que haya ido a satisfacer necesidades de consumo, tras el encarecimiento de los precios de los últimos meses.
Las tres cuartas partes del dinero allegado a los depósitos han ido a parar a los que tienen un plazo de vencimiento inferior a un año: 18.097 millones de euros. Estos depósitos están remunerados a un 1,36% TEDR, muy lejos de lo que reciben los bancos por “aparcar” el dinero en la facilidad de depósito del BCE: un 3% en el mes de marzo y un 3,25% a partir del próximo día 10.
Las familias españolas tenían depositados a plazo en los bancos un total de 68.886 millones de euros, una cifra muy similar a la de mayo de 2022, después de muchos años de bajadas continuas. Desde octubre de 2013 fueron aumentando su papel en el ahorro de los hogares desde los 320.000 millones de euros hasta superar el medio billón en diciembre de 2016, y marcar máximo en diciembre de 2022, con más de 941.000 millones.