Banco Sabadell prepara un nuevo plan de eficiencia para recortar entre 1.500 y 2.000 empleos en España mediante prejubilaciones, según publica El Confidencial y ha podido confirmar Vozpópuli. Desde CCOO señalan a este medio que le banco aún no se ha reunido con el sindicato. La entidad que preside Josep Oliú ha declinado hacer comentarios.
De confirmarse la cifra, el banco estaría recortado la plantilla entre un 10% y un 15% ya que la entidad catalana cuenta con 17.000 empleados. La formula escogida sería un plan de prejubilaciones, por lo que se descarta un expediente de regulación de empleo (ERE).
El TSB, la filial en el Reino Unido del banco Sabadell, anunció en septiembre el cierre 164 sucursales -un tercio de su red de oficinas en este país- y un recorte de alrededor de 900 puestos de trabajo. La entidad confía en que la mayoría de esos despidos sean voluntarios aunque no descarta que algunos de ellos tengan que ser forzosos.
Tras las clausuras previstas, la red de sucursales del banco será la séptima más grande a nivel nacional, según indicó la filial británica del Sabadell, que ha notado que cada vez más sus clientes optan por los servicios de banca online.
Banco Santander
El Banco Santander también va camino de firmar el tercer expediente de regulación de empleo (ERE) en dos años, tal y como confirmó el propio consejero delegado de la entidad, José Antonio Álvarez, durante la presentación de resultados del tercer trimestre de la entidad.
Según publica Expansión, el grupo tendría pensado hacer un nuevo ajuste de 3.000 empleados, que se sumaría a las 4.000 salidas que ya realizó en 2018 y 2019, tras la integración del Banco Popular. Esto supone dejar casi a cero el contador de empleados que provenían de la entidad absorbida, pues contaba con una plantilla de 9.000 trabajadores a cierre de 2017.
Este drástico recorte de plantilla se hace en un contexto en el que los bancos, asfixiados por los tipos de interés negativos, necesitan reducir costes para mejorar su cuenta de resultados. Lo que sucede en esta ocasión es que el Santander ha decidido hacerlo mientras su presidenta, Ana Botín, pide "proteger a las empresas y los puestos de trabajo". Lo que supone una contradicción a todas luces.