La incertidumbre sobre el futuro de las obras del Canal de Panamá preocupa a la gran banca española. No tanto por la exposición de las seis principales entidades españolas en el apoyo financiero a Sacyr en esta gran infraestructura (Santander es quien tiene un mayor volumen de financiación), sino por las repercusiones que tendría un abrupto fin del conflicto para la constructora española en tierras panameñas. "Si se rompe el consorcio y Sacyr se ve obligado a dejar la obra y hacer frente a una posible indemnización, la compañía quedaría en una situación muy delicada", confirman fuentes financieras.
Ante este temor, los responsables de Santander, BBVA, Caixabank, Popular, Sabadell y Bankia han matenido ya contactos telefónicos para abordar el asunto. Incluso está previsto que en un plazo máximo de quince días o tres semanas -aún no cita concreta-, los máximos ejecutivos de estos bancos en España se reúnan para abordar una estrategia común sobre el futuro de Sacyr. "La crisis de Pescanova nos ha enseñado mucho. Hay que tener preparadas varias alternativas por si Sacyr necesita una rápida asistencia financiera. Hay que evitar que Sacyr se convierta en la siguiente Pescanova", explica un alto ejecutivo.
Desde el inicio de la crisis en Panamá, el diálogo entre Sacyr y la banca no ha sido tan fluido como hubieran deseado algunas entidades. Incluso algunas de ellas han solicitado a la compañía un encuentro para ser informados tanto del estado de las negociaciones con las autoridades panameñas como de hipotéticas necesidades de crédito para afrontar la situación.
Los bancos quieren conocer de antemano si el grupo constructor, de servicios y concesiones va a precisar de nueva financiación ante la cercanía de exámenes tan exigentes como los test de estrés del Banco Central Europeo como la revisión de activos de la EBA, el supervisor bancario europeo. Las entidades consultadas por Vozpópuli aseguran que han tenido que tomar la iniciativa ya que Sacyr hay sido menos proactivo en este sentido, lo que ha llamado la atención de los bancos porque el conflicto por los sobrecostes de la obra de ampliación del Canal de Panamá se basa en un problema de liquidez.
"Hay que tener preparadas varias alternativas por si Sacyr necesita de una rápida asistencia financiera. Si se rompe lo de Panamá, su situación sería muy delicada", explican desde los bancos
De esta forma, las entidades financieras han solicitado la consulta para conocer de primera mano la situación de Sacyr aunque admiten que, por el momento, la compañía no se ha dirigido a ellos para solicitar crédito, circunstancia que confirman fuentes del grupo que preside Manuel Manrique.
Los bancos también aseguran que Sacyr podría afrontar determinados gastos con líneas de crédito que aún tienen pendientes de agotar y también con la venta de algunos activos no estratégicos. De hecho, la propuesta del consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderado por Sacyr, a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), incluye una inyección de 100 millones de dólares a cargo del grupo de empresas, de los que a Sacyr le corresponderían 48 millones. La compañía asegura que podría hacer frente a esa inyección de liquidez sin necesidad de hacer ampliaciones de capital ni recurrir a financiación externa.
La gran banca española decidió crear el G6, al margen de sus dos patronales (AEB y CECA), como adelantó Vozpópuli el pasado octubre, para abordar los procesos de reestructuración de las grandes empresas españolas. No en vano, entre estas seis entidades, en diferente volumen, sostienen mayoritariamente la estructura financiera de la gran empresa española.
La bisagra para que Botín, FG, Fainé, Ron, Oliu y Goirigolzarri hayan empezado a hacer frente común es una amalgama de importantes nombres dentro de sus balances: las refinanciaciones de FCC, El Corte Inglés, Pescanova, Prisa… han sido sus primeras actuaciones. Sacyr, si finalmente no hay acuerdo con las autoridades panameñas, puede ser la siguiente.