La empresa israelí Manna Irrigation Inteligence traerá a España una tecnología a través de la cual los satélites pueden analizar lo que sucede bajo tierra. Concretamente, permite a los radares 'introducirse' hasta a 30 centímetros bajo la superficie.
Un avance tenológico que será utilizado por el sector agrícola, dado que permite acceder a información sobre tipologías y estado del terreno sobre el que se utilice. Además, los satélites son capaces de penetrar en la tierra a pesar de que la señal se cruce en su camino con nubes.
Hasta el momento esta información era proporcionada por sistemas de sondas y sensores ubicados directamente bajo el suelo que se quería analizar. El uso de la tecnología de Manna permitirá realizar este tipo de análisis de una manera más simple.
Para que los satélites consigan 'iluminar' y tener imágenes del interior de la tierra se ha utilizado una combinación de los citados satélites con radares, además del uso de algoritmos que realizan cálculos y establecen patrones de lo que puede pasar en función del estado del terreno
Además, siempre según la empresa desarrolladora, el ahorro a la hora de cultivar la tierra puede ser de hasta un 30% respecto al gasto anterior a su uso si hablamos de la inversión en agua, una de las variables más importantes para el sector agrícola. En cuanto a los costes de producción, también se ven reducidos, si bien en este caso, asegura la compañía, hasta el 15%.
¿Cómo funciona?
Para conseguir 'iluminar' y tener imágenes del interior de la tierra se utiliza una combinación de satélites con radares, además de algoritmos que realizan cálculos y establecen patrones de lo que puede pasar en función del estado del terreno, para anticiparse, por ejemplo, al consumo de agua o a la detección de problemas en zonas concretas de la plantación sobre los que se podrá actuar con antelación para que la cosa no vaya a mayores.
Se sirve sobre una aplicación que puede utilizarse en ordenadores, tablets o móviles. En ella se muestra la información del terreno para que el agricultor tome decisiones en consecuencia. La compañía lleva ofreciendo servicio al sector agrícola en nuestro país desde hace tres años, y tiene previsto comercializar en la solución en cultivos de no menos de 1.000 metros cuadrados de terreno, sobre los cuales dará datos concretos de lo que sucede en cada 1,5 metros cuadrados.
"Nuestro modelo parte del análisis de la composición del terreno y usa las imágenes satelitales para
determinar la cantidad de agua evaporada y el índice de escorrentía (diferencia entre el agua caída
sobre un terreno, bien por lluvia o riego, y el agua filtrada), para determinar el agua útil en el terreno, es decir, aquella que la planta puede extraer fácilmente, determinando el límite antes de que la plantación sufra estrés por falta de riego", explica la compañía.
La solución cuenta con un sistema de identificación automático de problemas en el cultivo basado en diferentes parámetros. Uno de ellos es el estado de la vegetación, conocimiento extraído a partir de las imágenes satelitales que muestran el verdor, el vigor de la planta y la clorofila con que cuenta. Con esta información se envía, cada día, un pequeño informe con aquellas zonas que pueden ser origen de problemas y recomendaciones para solventarlos. Según Manna, el coste de esta tecnología es de unos 15 ó 20 euros por hectárea al año.