El Ministerio de Fomento realizará un nuevo intento de negociar con el Gobierno de Arabia Saudí el reconocimiento de sobrecostes en las obras de la línea de alta velocidad entre La Meca y Medina con el fin de evitar que su construcción, que está a punto de finalizar, se salde con notables pérdidas para el consorcio que la está llevando a cabo, liderado por las empresas públicas Renfe, Adif e Ineco. El titular de la cartera, Íñigo de la Serna, viajará dentro de unas semanas a territorio saudí con el propósito de llevar algo más lejos la cifra de 160 millones de euros reconocida por el cliente pero muy lejos de lo que reclaman las empresas componentes del consorcio Al-Shoula.
El hito que dará pie al viaje de De la Serna será la puesta en marcha de los ensayos sobre raíles de los trenes fabricados por Talgo en los que se prevé que ya sean capaces de alcanzar los 300 kilómetros por hora, la cota exigida por el cliente, la Organización Saudí de Ferrocarriles (SRO, por sus siglas en inglés). Estas pruebas están previstas para el próximo mes de mayo o, como tarde, para comienzos de junio, toda vez que la intención del Gobierno saudí es que la línea comience a funcionar antes de que finalice el presenta año de forma parcial, aunque no será hasta 2018 cuando esté operativa en su totalidad.
El ajuste de la velocidad es uno de los puntos calientes del proyecto en estos momentos, toda vez que el trazado está a punto de ser completado y la mayoría de las estaciones del recorrido estarían ya listas para dar servicio a los pasajeros. Hasta ahora, el consorcio ha ejecutado numerosos ensayos sobre raíles que han concluido, en general, con resultado satisfactorio.
Sin embargo, los convoyes aún no han sido sometidos al desafío de circular a la máxima velocidad. Superar esta prueba significaría prácticamente la confirmación definitiva de que la obra está a punto para ser entregada.
La baza del ministro
Precisamente, esta es la circunstancia que De la Serna quiere aprovechar para volver a tratar con el Gobierno saudí el delicado asunto de los sobrecostes, que hasta hace poco era totalmente tabú para el cliente. En la última visita a Arabia Saudí del ministro, que acompañó a Su Majestad el Rey Felipe VI y a un nutrido grupo de empresarios, quedó ratificado el acuerdo por el que el Gobierno saudí reconocía los citados sobrecostes.
"Fue muy, muy importante la visita del Rey para lograr el acuerdo", recalcó De la Serna este lunes durante su participación en el foro El Ágora, organizado por el diario El Economista. Sin embargo, el contenido del acuerdo supo a poco a las empresas que componen el consorcio, sabedoras de que los sobrecostes totales suponen multiplicar por más de cuatro la cantidad obtenida tras meses de arduas negociaciones en las que han participado los dos antecesores de De la Serna en el cargo: la actual presidenta del Congreso, Ana Pastor; y el titular de la cartera de Justicia, Rafael Catalá.
La ampliación de los plazos de tiempo para entregar la obra incluida en el acuerdo evitó males mayores al poner a salvo una serie de avales que hubieran podido ser ejecutados por la SRO. Pero si las negociaciones concluyen sin éxito, el consorcio verá como, lejos de ser rentable, la obra suponga la asunción de cientos de millones en pérdidas, de forma solidaria entre sus componentes.
Buena sintonía con Riad
La baza de De la Serna pasa por que esos ensayos cruciales para el futuro del proyecto sean todo un éxito. En el citado foro, el ministro destacó que el Gobierno saudí está muy satisfecho con el desarrollo de las obras y también con el nuevo presidente del consorcio, Jorge Segrelles, por el hecho de su dedicación exclusiva al cargo, lo que no sucedía con su antecesor, Pablo Vázquez, que además era el máximo responsable de Renfe. Fuentes próximas a las empresas aseguran que el cliente también está muy contento con la formación que están recibiendo maquinistas locales por parte de personal del operador público español.
Si hay un momento indicado para entablar nuevas negociaciones en busca de más sobrecostes, las próximas semanas parecen se ajustan a este patrón. Con este objetivo viajará De la Serna a Arabia Saudí, aunque el futuro de las negociaciones es mucho más incierto que el de los ensayos que pretende llevar como bandera.