Conseguir financiación para poner en marcha un proyecto es uno de los grandes retos a los que se enfrenta un emprendedor. Encontrar a alguien que arriesgue su capital en una idea siempre es complicado. Pero una vez lograda esa financiación, el siguiente paso tampoco es un camino de rosas. La gestión económica de una empresa innovadora es un asunto muy delicado. Así lo advierte Antonio Manzanera, autor de Los diez mandamientos del emprendedor: “Lo financiero es la razón principal por la que mueren las ‘startups’”, declara en una conversación con Vozpópuli.
Manzanera, doctor en Economía, se lamenta de que los emprendedores se centren en exceso en el producto: márquetin, distribución, diseño, usabilidad o precio. “Confían en la falsa creencia de que vendiendo se gana dinero. Sin embargo, hay otros factores a tener en cuenta como, por ejemplo, los problemas de solvencia”. El autor de Finanzas para emprendedores está convencido de que “el apalancamiento (para las 'startups') es la muerte: sin financiación ni ventas, las deudas te ahogan”.
“El apalancamiento (para las 'startups') es la muerte: sin financiación ni ventas, las deudas te ahogan”.
Algo así le pasó a IsbiTech, una startup andaluza que cerró en 2015 tras estancarse el proyecto. Desarrollaron un auricular que medía la actividad eléctrica del cerebro para diagnosticar patologías o analizar el funcionamiento de un tratamiento. Ellos bajaron la persiana “principalmente por no tener inversión”. Uno de los fundadores, Luis Moreno, aseguraba a Xataka: “Cada uno de los participantes necesitábamos dinero para poder seguir”.
El desarrollo de ‘hardware’ no es un proceso ni corto ni barato. Y las dificultades para encontrar financiación y gestionar los recursos que tenían acabaron con la ‘startup’. Después de su fracaso reconocen que les faltó alguien en el equipo que conociera la gestión empresarial: “Los tres socios fundadores no sabíamos nada de finanzas”.
Desconectar al enfermo terminal
Para evitar esa situación, Manzanera recomienda que el emprendedor se forme o se deje asesorar en cuestiones económicas. En este sentido, cree que “hay que seleccionar mejor la fuente de financiación para la que se requiere ese dinero”. Por eso, es fundamental desarrollar un plan financiero completo que prevea todas las necesidades. Cualquier fallo puede llegar a ser letal: “Una empresa normal puede sufrir crisis, pero en las ‘startups’ las crisis son cánceres, no constipados”, advierte Manzanera. Precisamente “desconectar la máquina del enfermo terminal” es el décimo de sus mandamientos. Sabe que es “muy difícil, muy duro” decirle a un emprendedor que su negocio no funciona y que tiene que cerrar, “pero hay señales inequívocas que lo indican”.
“Una empresa normal puede sufrir crisis, pero en las ‘startups’ las crisis son cánceres, no constipados”
La crisis de Sonar -una ‘startup’ que conectaba a usuarios con gente relevante que estuviera en su entorno cercano- se gestó con “permiso” de sus propios fundadores. Ellos no se quedaron sin financiación, aunque sí dispersaron sus esfuerzos en distintos objetivos. Les faltó un plan estratégico unificado que les permitiera desarrollar la empresa en todas sus vertientes: la del producto y la financiera. Su CEO, Brett Martin, reconoció tiempo después que malgastó demasiadas horas en eventos promocionales, contacto con agencias de márquetin o en intentar cambiar su empresa para lograr venderla. De esa experiencia aprendió una lección: “Las empresas no se venden, son compradas”.
Tapiar el almacén
Antes de llegar a la situación crítica que supone un cierre, Manzanera propone una serie de consejos que pueden ayudar a los emprendedores a conseguir el éxito de su compañía emergente. Si tenemos en cuenta que la ‘startup’ dispone de pocos recursos, recomienda “ser cuidadosos con los gastos”. Sobre todo en cuestión de inventario porque considera que “un almacén lleno es dinero, millones parados”. De ahí que reivindique que el gerente de esa empresa tenga una visión más financiera y menos comercial.
“Es preferible que el cliente espere un poco más” antes que condicionar excesivos recursos económicos al almacén
Su consejo pasa por reducir al mínimo la inversión de almacén, ya que supone coste de espacio y de producto sin movimiento. No obstante, contar con recursos permite al emprendedor lidiar con la competencia al reducir costes de producción y ofrecer al cliente final entregas más rápidas. En cualquier caso, “habría que trabajar con inventarios mínimos”. “Es preferible que el cliente espere un poco más” antes que condicionar excesivos recursos económicos al almacén.
Vigilar el endeudamiento y saber reaccionar ante él son dos de las claves a las que apunta Manzanera en Los diez mandamientos del emprendedor. Hay que priorizar la caja, un consejo que bien puede aplicarse a una empresa emergente, una consolidada o cualquier organización. El secreto es lograr “el equilibrio” en las gestiones. Es decir, “acompasar la generación de tesorería al mismo tiempo que se paga la deuda”.