La tecnología híbrida enchufable se extiende como un paso intermedio previo a la electrificación completa. La moda SUV no es ajena a ella y se apunta cada vez más a esta tecnología. DS y Volvo la aplican en sus respectivos DS7 Crossback y XC40, con sistemas muy parecidos basados en pequeños motores de gasolina sobrealimentados que trabajan junto a sendos motores eléctricos con baterías de capacidad suficiente para que puedan a diario recorrer entre 40 y 50 kilómetros en modo cero emisiones.
Aunque las potencias máximas que desarrollan no difieren mucho, 225 CV en el DS y 211 en el Volvo, los motores de forma independiente sí presentan mayores diferencias. Más cilindrada y potencia en el modelo francés, con 180 CV frente a los 129 del tres cilindros sueco, y más rendimiento también por parte del motor eléctrico del DS7, con 110 CV y batería de 13,2 kWh frente a los 82 CV y batería de 10,7 kWh en el XC40.
El DS7 inicia la marcha por defecto en modo eléctrico, mientras que el XC40 lo hace en modo Hybrid, debiendo pulsar el modo Pure para aprovechar en ciudad y desplazarte con total silencio y una rápida respuesta, más intensa en el DS7 e-Tense aunque suficiente en ambos para una conducción urbana marcada por la viveza con que se mueven entre el tráfico. Las dimensiones algo más compactas del XC40 y una dirección más ágil le hacen algo más agradable entre el tráfico, disfrutando de una autonomía eléctrica algo más amplia en el DS7, unos 40 kilómetros en conducción eficiente, cifra a la que al XC40 le cuesta llegar.
En cualquier caso, si puedes recargar cada noche las baterías la economía de consumo en el día a día es muy a tener en cuenta… aunque realices incluso cerca de 100 kilómetros. La carga requiere en un enchufe doméstico convencional unas seis horas en el caso del Volvo y algo más, unas ocho horas, en el DS, pero en cargadores tipo Wallbox se puede reducir a apenas un par de horas.
Salimos a carretera y, una vez agotamos la batería –algo que circulando a 120 km/h sucede en menos de 30 kilómetros– y se activa el modo Hybrid el DS7 e-Tense mantiene un funcionamiento con el motor de gasolina activo marcado por la suavidad con que el cambio automático gestiona las marchas y una rumorosidad muy contenida. Para disfrutar del máximo empuje posible hay que pulsar el modo Sport, y los 225 CV se muestran contundentes y permite moverse a altos ritmos con facilidad y recuperarlos de igual manera. Eso sí, los consumos no son precisamente bajos y son algo sensibles a la conducción.
La reducida capacidad del depósito, 43 litros, se traducen en una autonomía no muy amplia que, a poco que te dejes llevar, da para poco más de 400 kilómetros antes de que entre la reserva de combustible. Para alcanzar los 500 kilómetros hay que conducir con cierta suavidad, que no lentitud, para buscar la mayor eficiencia posible del sistema híbrido y dejar los consumos por debajo de los 8 l/100 km, cifra que se puede conseguir sin demasiada dificultad. En el XC40, el sistema directamente inicia la marcha en modo híbrido y antes de comenzar a movernos se sienten pequeñas vibraciones del motor de tres cilindros, aunque desaparecen, o al menos no se aprecian, en cuanto comienzas a rodar.
La transición entre el motor eléctrico y el de gasolina se aprecia con un pequeño tirón, sin la suavidad que presenta el e-Tense. A partir de ahí, el T4 resulta muy agradable y silencioso y te olvidas enseguida de que se trata de un tres cilindros. Si le pides aceleración, hay más que de sobra y sus 211 CV se dejan sentir con una respuesta rápida y una capacidad de aceleración ligeramente más viva que la del e-Tense. No es ni mucho menos suficiente como para dejarle atrás en carretera, pero sí se siente en general algo más dinámico en su conducción.
Sus consumos resultan también algo más ajustados, en torno a un litro menos para moverse con facilidad en cifras de unos 7 l/100 km. Con un depósito algo más capaz que el del e-Tense, si la autonomía te resulta un punto a tener en cuenta, el T4 Twin supera con cierta facilidad los 600 kilómetros. Una conducción más dinámica que se siente también al afrontar recorridos virados, donde la puesta a punto del bastidor del Volvo se traduce en un balanceo en curva más contenido y en una dirección más ágil y precisa.
Afronta la entrada y el paso por curva con más naturalidad que el DS7, y si afrontas un largo tramo salpicado de curvas y cambios de ritmo constantes sí terminas por dejarle algo atrás. Pero si de viajar se trata, el confort resulta muy elevado en ambos, con cierta ventaja en este caso para el DS7, de interior ligeramente más amplio en las plazas traseras, maletero más capaz y un rodar sumamente agradable por la capacidad de filtrado de las irregularidades.
FICHAS TÉCNICAS:
VERSIÓN DS7 Crossback e-Tense 225 Performance Line+; MOTOR Gasolina, 4 cilindros en línea, turbo + eléctrico de 110 CV; CILINDRADA 1.598 cm3; POTENCIA MÁXIMA 225 CV; PAR MÁXIMO 360 Nm; VELOCIDAD MÁXIMA 225 km/h; ACELERACIÓN 0-100 KM/H 8,9 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 8,1 l/100 km; AUTONOMÍA 560 km; DIMENSIONES 4.570 / 1.895 / 1.620 mm; NEUMÁTICOS 205/55 R 19; PESO EN VACÍO 1.835 kg; MALETERO 555 l; PRECIO 50.600 €
VERSIÓN Volvo XC40 Recharge T4 R-Design; MOTOR Gasolina, 3 cilindros en línea, turbo + eléctrico de 82 CV; CILINDRADA 1.477 cm3; POTENCIA MÁXIMA 211 CV; PAR MÁXIMO 405 Nm; VELOCIDAD MÁXIMA 180 km/h; ACELERACIÓN 0-100 KM/H 8,5 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 7,3 l/100 km; AUTONOMÍA 610 km; DIMENSIONES 4.425 / 1.863 / 1.652 mm; NEUMÁTICOS 235/55 R 19; PESO EN VACÍO 1.812 kg; MALETERO 452 l; PRECIO 47.900 €