El Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), también conocido como 'tasa Tobin' en la escena internacional, ya ha comenzado a generar problemas a Bolsas y Mercados Españoles (BME), que acumula un retroceso del 8,6% en Bolsa, equivalente a 204 millones de euros, desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que estaba trabajando en este gravamen.
El Ejecutivo pretende recaudar 850 millones de euros con este impuesto, que consistirá en gravar con un 0,2% las operaciones de compra de acciones españolas ejecutadas por los operadores del del sector financiero de empresas cuya capitalización supere los 1.000 millones, que se destinarán a financiar el déficit de la Seguridad Social.
No son pocas las voces que han alzado la voz en contra de la tasa Tobin, advirtiendo de que su imposición de forma unilateral en España provocará un retroceso en los volúmenes de negociación en los mercados nacionales. De hecho, tanto los responsables de los principales bancos del país, como la Comisión Nacional de los Mercados Españoles (CNMV) han avisado de que el impuesto restará competitividad a los mercados del país.
El principal perjudicado de un retroceso de los volúmenes de negociación es BME, el principal operador de los mercados españoles. Hasta el 3 de septiembre, fecha en la que Sánchez se decanta definitivamente por el ITF -dejando atrás el impuesto a la banca- el operador cae un 8,6% en Bolsa. Hasta entonces, subía un 6,97% en lo que iba de año. Como comparación, el Ibex 35 acumula un retroceso del 3,2% desde comienzos de septiembre.
El pasado 11 de octubre, cuando el PSOE y Podemos dieron a conocer su acuerdo para los Presupuestos Generales del Estado (PGE), en el que se incluía la tasa del 0,2% en la compra de acciones, BME se despeñó un 4,85%, si bien es cierto que también que las caídas de Wall Street la noche previa pudieron tener cierta influencia.
Menor beneficio en 2019
De hecho, para Javier Díaz, analista de Ahorro Corporación, esta caída bursátil refleja que el mercado esta descontando una caída los volúmenes de negociación de la Bolsa de entre el 6 y el 10% en los primeros seis meses/un año desde que se implante el gravamen, como pasó en Francia e Italia. Los cálculos de esta sociedad apuntan a que si la tasa Tobin se implanta en 2019, el impacto sobre el beneficio por acción de BME en este ejercicio sería de entre el -4,2% y el -7%, con rebajas en el precio objetivo de entre 0,73 y 1,21 euros.
El propio BME cargó duramente contra esta tasa el pasado 11 de octubre. "Es una medida que claramente daña la eficacia, la eficiencia y la equidad de los mercados de capitales", aseguró el operador en un informe, en el que también recordó que el incremento de la recaudación tras la implantación de este gravamen en Francia e Italia fue "significativamente inferior" al proyectado.
Por su parte, desde Renta 4, Natalia Aguirre, que reconoce que la el ITF también puede estar teniendo incidencia en la cotización de BME, señala también que la recaudación por esta tasa en estos países fue "muy inferior" de lo estimado inicialmente.
Cambio de estrategia
"La puesta en marcha de esta tasa en España solo ahonda en una paradoja que la propia Unión Europea con su pausa en este tema se ha encargado de refrendar, señalando la dificultad de encontrar una solución valida y eficaz económicamente, frente a una posible vía unilateral que es solo políticamente acomodaticia y económicamente indeseable", agregó BME.
La compañía presentó el pasado 4 de octubre su nuevo plan estratégico, que supone un giro de 180 grados en su política, pues BME se abrió a realizar operaciones corporativas para crecer y diversificar así sus fuentes de ingresos. No obstante, reafirmó su compromiso de mantener el dividendo, el principal atractivo de este valor, que reparte prácticamente la totalidad de su beneficio entre los accionistas.