Los diversos accidentes sufridos sobre todo en EEUU por modelos de Tesla, que circulaban supuestamente en modo de conducción autónoma, junto a los fallos detectados en este sistema en modelos fabricados en China, ha alertado a las autoridades estadounidenses. Washington ha ordenado esta semana a fabricantes de automóviles como Tesla, Ford o General Motors que entreguen informes de los accidentes en los que estén implicados vehículos autónomos. La orden fue enviada este miércoles por la Administración Nacional para la Seguridad en la Carretera (NHTSA) tanto a los fabricantes como a las empresas que operan este tipo de coches.
Además, la orden ha sido remitida a empresas como Apple (que podría estar desarrollando un modelo autónomo), el fabricante de microprocesadores Intel; o Waymo, la subsidiaria de Google que ha creado vehículos sin conductor. La orden también se aplica a aquellos vehículos dotados con sistemas avanzados de ayuda a la conducción.
La decisión de las autoridades federales se produce después de que la NHTSA haya iniciado diez investigaciones en accidentes de vehículos de Tesla, que están dotados con avanzados sistemas de conducción autónoma. La empresa estadounidense utiliza los datos recogidos por sus vehículos en la carretera para refinar los sistemas avanzados de ayuda a la conducción, algo que ha sido criticado por especialistas del sector y defensores de los consumidores.
La NHTSA indicó que en aquellos casos en los que sistemas de conducción autónoma o sistemas avanzados de ayuda a la conducción estuviesen activados "durante o inmediatamente antes del accidente", las empresas tienen que remitir informes. "Dada la rápida evolución de estas tecnologías y del testeo de nuevas tecnologías y características en carreteras con acceso público, es crítico que NHTSA ejerza una vigilancia robusta sobre los potenciales defectos en seguridad de vehículos que operan con sistemas de conducción autónoma y sistemas avanzados de asistencia del conductor (ADAS) del nivel 2", señaló la NHTSA en su orden.
Niveles de seguridad
El director en funciones de la NHTSA, Steven Cliff, señaló en un comunicado que "al requerir los informes de accidentes, la agencia tendrá acceso a datos críticos que ayudarán a identificar rápidamente problemas de seguridad que pueden aparecer en estos sistemas automatizados". Unos sistemas que están englobados en cinco niveles, siendo el nivel 5 el de automóviles que no necesitan ningún tipo de intervención humana para circular y que todavía no ha sido alcanzado. Y es que, de momento, los modelos más avanzados comercializados por los fabricantes solo llegan al nivel 2, que son aquellos que pueden controlar la dirección del vehículo, para mantener por ejemplo el automóvil en el carril, o acelerar y frenar.
Y a los accidentes en EEUU de modelos Tesla mientras circulaban previsiblemente en modo autónomo se suma ahora una polémica más en este caso en China, donde miles de unidades vendidas allí desde 2020 están siendo retiradas del mercado por un defecto de fabricación relacionado con la conducción asistida. El problema es que el sistema puede activarse de manera involuntaria en ciertos modelos, lo que provoca una peligrosa aceleración repentina, y afecta a casi 250.000 unidades de Model 3 y Model Y fabricados en China, así como a algo más de 35.000 unidades importadas del Model 3.
Desconfianza en China con la conducción autónoma
Un grave problema para la imagen de Tesla en el mercado chino, que supone casi un tercio del total mundial, y que en los últimos meses su relación se ha deteriorado por fallos graves en la fabricación de los vehículos, lo que ha sembrado la desconfianza en el Gobierno. De hecho, el Ministerio de Industria chino instó en mayo a la empresa a garantizar la calidad de sus modelos fabricados en China, sugiriendo que los chips utilizados en estos automóviles eran menos avanzados que los de los que estaban fabricados en Estados Unidos.
Así, los efectos de estos problemas derivados de sus sistemas de conducción autónoma han afectado a las ventas, que en abril vendió en China cerca de un 30% menos que en marzo, según las cifras publicadas por la Asociación de Automóviles de Pasajeros de China (CPCA). Sin embargo, la compañía pudo reponerse y el pasado mes de mayo recuperaron las ventas que aumentaron a más de 33.000 unidades, según la CPCA.