Los acreedores de Trabis, la constructora que perteneció al grupo Baraka, de Trinitario Casanova, que fue declarada en concurso de acreedores el pasado año, aseguran en escritos enviados al juzgado mercantil que esta empresa fue traspasada a un empleado del conocido empresario poco antes de suspender pagos, y después de haber repartido un dividendo por importe de 10 millones de euros.
El Grupo Baraka, con el que se ha puesto en contacto Vozpópuli, sostiene que todo "es completamente falso".
Uno de los grupos acreedores de Trabis advierte en un escrito fechado el pasado 30 de enero, presentado ante el Juzgado Mercantil número 14 de Madrid, que José Antonio Benimeli -la persona a la que le fueron traspasadas las participaciones de la constructora- es "conocido por los acreedores por ser empleado de D. Trinitario Casanova, en concreto su chófer", y añaden que no es más "que un testaferro que se ha prestado para constar primero como administrador único y luego también como socio único de Trabis Edificación Avanzada".
En ese escrito se cuenta que después de nombrar en abril de 2018 al señor Benimeli como administrador único de Trabis, Trinitario Casanova se mantuvo como apoderado de la sociedad. "Curiosamente, una vez realizado el reparto de dividendos, y con carácter previo a la presentación de concurso de acreedores, se transmiten todas las participaciones al Sr. Benimeli", indica.
El bufete Cuatrecasas, contratado por el primer acreedor de Trabis, el grupo francés Corum, advierte en otro escrito al juzgado mercantil, al que también ha tenido acceso Vozpópuli, que la estructura accionarial de Trabis se mantiene en el momento de efectuar la comunicación del preconcurso de acreedores -Trabis se acogió en diciembre de 2018 al artículo 5bis de la Ley Concursal-. Si bien, continua el despacho, "apenas un mes después de confesar la insolvencia, Trabis es desgajada del Grupo Empresarial Baraka, pasando a ser propiedad 100% de una persona física, José Antonio Benimeli".
Una "persona de confianza"
El despacho contratado por Corum explica que en febrero de 2019 Baraka "decidió enajenar el 100% del capital social a una persona de confianza de los anteriores administradores, José Antonio Benimeli, a quien le habían trasladado la administración de Trabis apenas unos meses antes".
En su escrito enviado al juzgado, la representación legal del grupo francés destaca "la desaparición injustificada y, en periodo sospechoso, del grupo empresarial que era el único socio de Trabis, dejando el 100% del capital social al recién nombrado administrador único, José Antonio Benimeli, que, además, resulta ser, cuando menos, una persona de confianza del Grupo Empresarial Baraka".
La empresa P-14 Cimentanciones, otro de los acreedores de Trabis, llama también la atención en un escrito al Juzgado Mercantil número 14 de Madrid sobre el traspaso de la empresa. Trinitario Casanova, señala, transmitió el 100% de la constructora "poco antes de declararse el concurso a un exempleado".
"Antes de la declaración de concurso, transmite la totalidad de las participaciones, tal vez, en busca de evitar una posible responsabilidad por haber cometido acciones que han agravado la situación de insolvencia y evitar, erróneamente, una calificación culpable (...)", señalan los abogados de P-14 Cimentaciones.