El sector de las exportaciones español teme que la imposición de la llamada tasa Google a los llamados GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) provoque una reacción similar a la que Donald Trump ha tenido recientemente con Francia.
Emmanuelle Macron aprobó de forma unilateral el controvertido impuesto digital, gravamen que no encontró consenso en el seno de la Unión Europea (UE) para aprobarse de forma global. Tras una ronda de conversaciones, Macron y Trump acordaron que Francia devolvería a Estados Unidos todo aquello que se pudiera recaudar de más cuando se apruebe el también denominado IDSD (Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales) dentro de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Francia se ha comprometido a adaptar su impuesto al que los 36 países miembros de este organismo establezcan de forma conjunta.
Sin embargo, Donald Trump ha decidido curarse en salud y mandar un aviso a navegantes. Acaba de imponer aranceles por hasta el 100% del valor a determinados productos franceses, hasta un total de 2.400 millones de dólares.
Sánchez prevé recaudar 1.200 millones de euros en impuestos a las tecnológicas, una cifra irrisoria para los técnicos de Hacienda
"Estamos de acuerdo en que las empresas tributen allí donde generen los ingresos, siempre que no se genere una doble tributación para las empresas que ya pagan impuestos donde operan. Pero ha de hacerse de forma consensuada. Hacerlo de forma unilateral implica riesgos, como se acaba de ver con Francia. Si España hace lo mismo, Estados Unidos podría imponer aranceles por el 50% del valor del producto, o por el 100%. Por poder, pueden hacer lo que quieran", explica Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles, asociación empresarial de carácter multisectorial cuyo objetivo es representar y defender los intereses de sus socios en relación con su actividad internacional.
Una asociación que representa, entre otros, los intereses en el área de las exportaciones de compañías como Santander, BBVA, Caixabank, Abengoa, Deutsche Bank, Acciona, Airbus, Bankia, Indra, ICO, Renfe, Baker McKenzie, Cuatrecasas o Everis.
Indefensión si se aprueba unilateralmente
La aprobación de un gravamen de forma unilateral por parte de un país de la Unión Europea, como pueden ser Francia o España, genera una clara situación de indefensión, tal y como explica Bonet.
"Es más efectivo defenderse de una subida de aranceles si se responde con otra subida pero de forma coordinada, es decir, si lo hace toda la Unión Europea. La misma situación de Francia podría darse en España si se aprueba la tasa Google en nuestro país, y no tendríamos posibilidad de responder con más aranceles. Las leyes europeas impiden realizar una subida de forma unilateral. Por no hablar de que no es lo mismo que un único país responda con otra subida de impuestos a productos EEUU que si lo hacen todos los Estados miembros al mismo tiempo", concluye Bonet.
Desde el Club de Exportadores e Inversores Españoles explican además que hay que fomentar las buenas relaciones con el país del dólar. "Las relaciones con EEUU son muy buenas, pero pueden ser mejores. El caso de Airbus es una clara muestra de ello", declara.
Hay sectores que no están bien reflejados en el sistema fiscal. Por eso defendemos la implantación de una tasa digital en línea con la propuesta de la Comisión Europea. Además, España participa de forma activa en las reuniones internacionales para que esta tasa sea consensuada a nivel global"
Europa dio un paquete de ayudas al fabricante francés, competidor directo de la norteamericana Boeing, a lo que EEUU respondió con aranceles a 1.700 productos de países de la UE. En el caso de España, han sido gravados bienes como el aceite, el jamón, las aceitunas o el queso. "Grecia e Italia, sin embargo, negociaron antes con el país norteamericano y no sufrirán la subida de aranceles", asegura Bonet.
La tasa Google, propuesta en el programa electoral tanto de Podemos como del PSOE -socios de Gobierno-, pretende gravar a las tecnológicas con un 3% los ingresos procedentes de la venta de datos, comercialización de productos y publicidad online, pero no de todas las empresas. Serán sometidas a este impuesto aquellas que facturen 3 millones al año en España o 750 millones de euros en todo el mundo. Como en el caso de Francia, España se sumará a la tasa Google que se establezca de forma consensuada por la OCDE en torno a 2022. Hasta entonces, la idea de Sánchez es aprobarlo de forma unilateral.
"Hay sectores que no están bien reflejados en el sistema fiscal. Por eso defendemos la implantación de una tasa digital en línea con la propuesta de la Comisión Europea. Además, España participa de forma activa en las reuniones internacionales para que esta tasa sea consensuada a nivel global", explican desde el Ministerio de Hacienda.
La cifra que el Gobierno prevé recaudar con el impuesto es de 1.200 millones al año. Una estimación demasiado optimista para los técnicos de Hacienda. Además, aseguran que es una cifra irrisoria.