Economía

La UE contempla compensar a España por desviar barcos de gas a Italia

Uno de los principales ‘think tank’ de Bruselas propone establecer un fondo que compense redirigir flujos de gas hacia los que más lo necesitan. Su claro ejemplo es España con Italia

  • Terminal de gas natural licuado en Mugardos (A Coruña). -

Los economistas y expertos energéticos de Bruselas viven estas semanas con gran intensidad para buscar recetas mágicas para este invierno. Uno de ellos es Bruegel, uno de los centros de investigación más escuchados por la Unión Europea que tiene su sede en la capital belga. Este think tank por Jean-Claude Trichet, expresidente del Banco Central Europeo, ha remitido estos días un informe que propone, entre otras cosas, compensar a países como España por desviar sus barcos de gas a vecinos más necesitados como Italia. 

“Algunas fuentes de importación de gas fuera de Rusia ofrecen flexibilidad en términos de dónde se pueden entregar”, inicia su explicación Bruegel. “El gas de Argelia se puede enviar a España, donde se estancaría por falta de capacidad transfronteriza a Francia. Otra opción es Italia, donde podría reemplazar los volúmenes que compraba el país de gas rusos”, exponen los expertos de esta casa de análisis. 

Su principal alternativa es una solidaridad con los cargamentos de gas natural licuado (GNL), que consideran que debería enviarse a las regiones con mayores déficits o a la propia Península Ibérica, aunque destacan que España y Portugal ya están bien abastecidos. “Las importaciones de GNL y gasoductos a menudo son parte de contratos a largo plazo que son difíciles de cambiar, incluso cuando la dinámica del mercado a corto plazo indica que cambiar el punto de entrega podría mejorar el bienestar. Una solución sería establecer un fondo de la UE para compensar a los países por redirigir los flujos hacia los que más lo necesitan, por ejemplo, para compensar a España por permitir que el gas argelino se redirija a través de Italia hacia los mercados de Europa central”, exponen desde Bruegel.

Su propuesta se basa, principalmente, en desviar los suministros que llegan de Argelia a España hacia Italia para poder reemplazar necesidad de gas ruso en Europa.  No hablan de cifras concretas, que debería calcular los propios dueños de esos contratos, pero sí comparten que para llevar a cabo estas medidas sería necesario compensar a los países que redireccionen los flujos hacia los países que más lo necesitan. Los expertos plantean acompañar esta estrategia con una compra conjunta de gas en mercados internacionales para evitar competencia entre países por suministros limitados

Una pieza clave de este informe que se ha enviado a la Unión Europea es que los flujos de gas natural dentro de Europa están limitados por los famosos "cuellos de botella" entre regiones. Por ello, los precios en diferentes regiones no convergen completamente, sino que brindan señales para despachar flujos de gas. Por ejemplo, alrededor de una cuarta parte de la capacidad total del gas natural licuado (GNL) de la Unión Europea reside en la Península Ibérica y está efectivamente desconectada del mercado europeo en general.

La UE y los 'cuellos de botella'

"Los intentos anteriores de construir un gasoducto de España a Francia fueron descartados como antieconómicos, pero en la situación actual esto merece una reevaluación. Otros cuellos de botella son de carácter más normativo y pueden resolverse más fácilmente si existe voluntad política. Por ejemplo, no se puede enviar gas de Francia a Alemania porque el gas natural está odorizado (que se agrega un gas oloroso al gas natural inodoro) en el sistema de gasoductos francés, mientras que los gasoductos de transmisión alemanes no aceptan gas odorizado", explican desde Bruegel. "Como resultado, el flujo de gas no siempre sigue el diferencial de precios a corto plazo. Aunque los precios del gas son sustancialmente más bajos en Francia, el gas todavía fluye de Alemania a Francia", detallan.

El principal mensajes de esta investigación que maneja la UE es que se está afrontando la crisis fundamentalmente con medidas de carácter nacional mientras que se debería abordar desde una perspectiva europea. Se apuesta por el concepto de aportar flexibilidad en la oferta. Un concepto amplio que engloba aprovechar “todas las fuentes de suministro” pero con una óptica europea, no nacional (para lograr optimizar la utilización del gas y que éste llegue a donde más se necesita).

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