El revés para José Luis Rodríguez Zapatero llegó la tarde del lunes cuando la gestora que preside Javier Fernández comunicó con él para ver cómo actuar ante el auto de la Audiencia Nacional que citaba a declarar como investigados a Miguel Ángel Fernández Ordóñez y a Julio Segura por la salida a Bolsa de Bankia. El expresidente fue claro: considera un disparate lleno de riesgos crear en el Congreso una comisión de investigación que, además de perjudicarle a él, acabe siendo una nueva losa para el crédito del PSOE.
Zapatero teme que el Congreso haga un "juicio sumarísimo" a su última etapa de Gobierno
Según relatan fuentes socialistas, la respuesta de la gestora fue que el partido carece de margen para oponerse a una investigación que Podemos, sobre todo, y Ciudadanos han demandado con uñas y dientes. De hecho, los socialistas estuvieron bloqueando durante dos semanas sus peticiones en la Mesa de la Cámara Baja, pero decidieron dejar de hacerlo y registrar su propia solicitud cuando conocieron el lunes el auto de la Audiencia Nacional.
Zapatero teme "un juicio sumarísimo" del Parlamento a su gestión presidencial y, según los argumentos que trasladó a la gestora, considera que esta comisión corre el riesgo de convertirse en un pim-pam-pum contra el último Gobierno socialista que le obligue, incluso, a tener que comparecer ante el Congreso.
Una vez ha perdido su primera batalla contra la gestora, a pesar del apoyo que desde el principio viene dando a Susana Díaz, el expresidente confía en que antes del miércoles se pacten con el PP unos límites que eviten que los únicos que obtengan rentabilidad de este trabajo parlamentario sean las formaciones que lideran Pablo Iglesias y Albert Rivera.
Desde el Ejecutivo ya han comenzado a lanzarse las primeras señales de advertencia sobre lo que puede suponer para el Partido Socialista meterse en un fregado parlamentario como éste. El ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo ayer que la salida de Bankia a Bolsa fue una operación política dirigida por el Gobierno de Zapatero. Desde esta premisa, defiende que se amplíen las indagaciones al origen del rescate financiero, que a su juicio debe centrarse en por qué no se tomaron las medidas necesarias para reestructurar el sector entre 2009 y 2010 cuando gobernaba Zapatero y MAFO estaba todavía al frente del Banco de España.
Peligro de fuego cruzado
Algunos diputados socialistas comentaban ayer en los pasillos del Congreso, como si se tratara de un fuego cruzado, que Guindos también tiene que perder si en esta investigación se incluye el papel que el ministro de Economía desempeñó como consejero de Banco Mare Nostrum, una de las entidades que tuvieron que ser rescatadas. En todo caso, la gestora ha decidido coordinarse con la dirección del grupo parlamentario para negociar con el PP unas reglas de juego para esta comisión con el objetivo de que “no se nos vaya de las manos”.
“Una comisión de investigación sabemos cómo empieza, pero nunca como acaba. Es evidente que si llega a crearse el Gobierno jugará con ventaja porque ahora tiene en sus manos abundante información del Banco de España. De ahí la necesidad de pactar formato, alcance y comparecencias”, asegura uno de los diputados más veteranos del PSOE.
Algunos diputados socialistas recuerdan a Guindos su papel como consejero en Banco Mare Nostrum
Hay voces también en el Partido Socialista que ven descabellado avalar una comisión como ésta en la que las personas que sean llamadas a comparecer podrían incurrir en contradicciones con sus declaraciones ante el juez. Es una de las razones por las que la presidenta de la Comisión de Justicia y magistrada en excedencia Margarita Robles opina que aunque no es incompatible, no es conveniente abrir investigaciones parlamentarias cuando hay procedimientos judiciales en marcha.