El operador español Finetwork se ha convertido en pieza clave de la compra de Vodafone por parte de Zegona. El fondo inglés cerró la operación de adquisición de la filial española de la teleco británica por 5.000 millones de euros, pero en el acuerdo incluyó a Finetwork como cliente de la enseña roja, algo que no está cerrado.
La empresa fundada y dirigida por Eamonn O'Hare dio por hecho que Finetwork renovaría como cliente de Vodafone en calidad de arrendatario de su infraestructura de red (fibra y telefonía móvil), pero a día de hoy nada está firmado.
Las conversaciones estaban muy avanzadas para cerrar el acuerdo por 700 millones de euros para los próximos cinco años, pero la operación Zegona-Vodafone ha cambiado la perspectiva de los directivos de Finetwork, que ahora ven con recelo el hecho de que un fondo vaya a ser el nuevo propietario de la corporación a cuyo timón se encuentra en la actualidad el portugués Mário Vaz. El contrato actual espira en abril de 2024 y en Zegona aumenta el nerviosismo.
Zegona tratará a toda costa de engordar la cartera de clientes de Vodafone para aumentar su valor de cara a una venta. Eso solo se conseguirá reduciendo tarifas, lo que obligará a Telefónica a hacer lo propio, La solución para el gigante azul sería lanzarse a la compra de Finetwork o hacerse con el contrato de red
Desde el OMV español están dispuestos a dejarse querer, a escuchar ofertas, de los operadores que cuentan con infraestructuras propias que le permiten ofrecer paquetes de telecomunicaciones (fijo y móvil).
Sii finalmente Finetwork no se casa con Vodafone, Zegona tendrá un problema, ya que vería reducida la cuenta de ingresos del operador inglés en torno a un 3,3% al año -más de 140 millones de euros-, lo que supone un tijeretazo considerable en su valor. Valdría menos de los 5.000 millones de euros que van a pagar por ella.
Esto implica que los tiempos para revender la entidad comprada se alarguen. Zegona tiene en su ADN el principio 'comprar, arreglar y vender' y si la cuenta de resultados no es como se pensaba el proceso de lavado de cara se demorará. Más aún viendo cómo nace la compra: el fondo ha adquirido una deuda de 5.000 millones para cerrar la operación. Los fundadores de la compañía solo han puesto un 0,01% de su bolsillo para cerrar la operación.
Finetwork facturó en 2022 unos 120 millones de euros y tiene previsto el cierre de este ejercicio en una cifra cercana a los 150 millones de euros.
La opción, comprar Finetwork
Una de las salidas para acelerar este proceso sería adquirir Finetwork, cuyo coste ha sido fijado en unos 1.000 millones de euros por varias fuentes del mercado consultadas por este diario. De esta forma, no se perderían esos 700 millones de euros de facturación.
Vozpópuli ha preguntado a la compañía española acerca de su precio de venta, pero desde Finetwork han declinado hacer declaraciones al respecto.
Una operación, la de la compra de Vodafone por parte de Zegona, que mira de cerca Telefónica. El gigante azul es consciente de que el mercado va a seguir siendo agresivo en tarifas pese a la reducción de actores, porque Zegona tratará a toda costa, con José Manuel García -ex CEO de Zazztel y Euskaltel- al frente, de engordar la cartera de clientes, y eso solo se consigue reduciendo tarifas, lo que obligará a Telefónica a hacer lo propio. Una de las soluciones para el operador liderado por José María Álvarez-Pallete sería lanzarse a la compra de Finetwork o, en su defecto, hacerse con el megacontrato de alquiler de red.
En el OMV saben que son pieza clave y, aunque sobre la mesa no está una negociación directa para su venta, escucharán la música si hay orquesta. Finetwork facturó en 2022 unos 120 millones de euros y tiene previsto el cierre de este ejercicio en una cifra cercana a los 150 millones de euros.
