El alquiler de vivienda asiste a una nueva tormenta de precios en España. Tras la temporada de rebajas que se vivió por el excedente de pisos durante la pandemia, los costes han vuelto a subir con rapidez hasta situarse ya apenas un 1% por debajo del máximo histórico que se alcanzó en 2020 -de 11,5 euros por metro cuadrado-. Y ello, con el agravante de que la oferta disponible es ahora un 15% inferior a la precovid, según un seguimiento que realiza la tasadora UVE Valoraciones al que ha tenido acceso Vozpópuli.
La proyección de esta tasadora es que los precios cerrarán el 2022 con un incremento interanual sensiblemente superior al 10% en España, por encima del 6-7% que ya registraron los dos principales portales inmobiliarios, Idealista y Fotocasa, al cierre de agosto. El eje del aumento reside en el volumen de arrendamientos disponibles, actualmente un 40% por debajo del punto de equilibrio del mercado. Ahora hay en España unos 70.000 pisos en oferta, por los 100.000 en los que UVE estima que se frenaría la espiral de precios.
La Agencia Negociadora del Alquiler alerta ya de una subida generalizada del 8% en septiembre, el segundo mes con más demanda tras agosto. Según UVE Valoraciones, lo lógico sería que la oferta vuelva a recuperarse en algún momento ante el interés que puedan tener los propietarios en beneficiarse de los incrementos. Por lo pronto, atendiendo a sus cálculos, las rentas tienen todavía potencial. De acuerdo a UVE, los precios tienden a responder con dos trimestres de retraso a cambios en la oferta.
La oferta cae y el alquiler se dispara...
El margen al alza es especialmente evidente en puntos como Barcelona, que el mes pasado marcó un nuevo récord de 17,6 euros por metro cuadrado tras una subida interanual del 20%, según los registros de Idealista. La oferta de vivienda en alquiler en la Ciudad Condal ronda actualmente los 4.500 pisos, menos de la mitad de los 9.600 que había justo antes del estallido de la pandemia, cuando los precios habían empezado a moderarse.
La regulación de rentas implementada por la Generalitat y suspendida por el Tribunal Constitucional -por una cuestión de competencias- sobresale entre los argumentos citados por el sector privado para explicar la drástica contracción del parque de arrendadores en Barcelona, un mercado que también ha vivido un fuerte regreso de la demanda extranjera.
La nueva ley de Vivienda que facultaría a las autonomías y ayuntamientos para imponer límites sobre los precios se encuentra actualmente estancada en el Congreso por diferencias dentro del Gobierno de coalición de Unidas Podemos con el PSOE, que se comprometió ante Bruselas a tener el proyecto aprobado antes de octubre.
Barcelona tiene ahora un 55% menos de oferta de alquiler que antes de la pandemia y los precios en máximos; en Madrid, el volumen de pisos se ha encogido un 20% y los alquileres están a un 4% del pico
Donde está claro que la decisión política no será la limitación de rentas es en Madrid, que también ha atestiguado una disminución de la oferta desde mediados de 2021 pero más suave. El volumen de pisos disponibles en la capital de España ronda los 9.600, por los 12.000 que había antes del confinamiento y de los 14-15.000 en los que se situaría su punto de equilibrio. En el último año, los precios subieron un 10% que sitúa al mercado madrileño ya en niveles de 2019, pero todavía un 4% por debajo del máximo que se alcanzó en mayo de 2020, de 16,8 euros por metro cuadrado.
La disminución del volumen de anuncios se ha acentuado en los últimos dos meses. En este sentido, se apunta a un impacto del efecto verano y, en algunos casos, al trasvase de pisos del alquiler a la compraventa ante el tope a las actualizaciones de contrato por encima del 2% que el Gobierno decretó en marzo ante la inflación. En respuesta, el 12% de los propietarios en España decidieron salirse del mercado, según una encuesta de Idealista. El Gobierno podría extender la medida más allá de 2022 si la espiral inflacionaria (del 10,5% interanual en agosto) se prolonga.