La 'revolución de los ancianos' contra la banca liderada por el jubilado Carlos San Juan está comenzando a levantar ampollas entre las dos patronales de la banca. La AEB y la CECA, hasta la fecha, han ido a una en la estrategia para mejorar la reputación del sector pero en esta ocasión, cada asociación ha optado por llevar la crisis de diferente manera.
Y es que ambas patronales, en los mentideros financieros, envían mensajes contradictorios y alguna que otra acusación velada. Ninguna quiere ser la responsable del detonante del problema, de tener en su patronal al 'banco cero', al culpable de haber apretado las tuercas de más a sus clientes.
Tanto de un lado como del otro consideran que se está haciendo un buen trabajo y ambas echan balones fuera sobre de quién es la responsabilidad. Pero el mayor golpe a la confianza entre las partes se dio este lunes cuando una de ellas filtró a la prensa algunas de las medidas que se están negociando y que se quieren pactar. Esto ha provocado cierto revuelo mediático, que el sector quería evitar a toda costa.
Y más cuando este mismo martes, Carlos San Juan se reunía con el secretario general del Tesoro, Carlos Cuerpo, y más tarde con AEB y CECA. Durante el encuentro, que ha discurrido de forma cordial y
cercana, han tenido ocasión de escuchar y conocer en profundidad las demandas del promotor y transmitirle, desde el sector bancario, su más firme voluntad y su claro compromiso de garantizar la mejor atención a todas las personas, reconocen las fuentes consultadas.
Y es que a pesar de estos 'rifirrafes', que entran dentro de lo 'normal' en negociaciones de este tipo con tanta tensión, ambas asociaciones tienen claro que este problema se tiene que atajar cuanto antes y es por eso que quieren acelerar los plazos para que las medidas estén puestas en marcha antes de que finalice el mes.
Las fuentes financieras consultadas creen que el problema está claro y es que se ha corrido demasiado en la digitalización y también en el cierre de oficinas, que ha ido en aumento estos últimos meses debido al proceso de fusiones que se ha vivido en el panorama español, con las operaciones de Caixabank-Bankia y en menor medida la de Unicaja y Liberbank.
Las propuestas generales de la banca, más allá de cada acción particular, pasarán por adecuar los horarios de las sucursales para atender a la población más mayor, tal y como adelanta el periódico Cinco Días. Se pretende crear franjas nuevas para que este colectivo pueda realizar las operaciones más cotidianas, como pagar facturas, o realizar ingresos.
La banca cierra la mitad de las oficinas
Desde la crisis financiera de 2012 el sector ha vivido un importante cambio. De hecho, en España se han cerrado 19.714 sucursales desde finales de 2010, hasta quedar la red de oficinas en las 20.421 a finales de septiembre de 2021, según los últimos datos publicados por el Banco de España. En el último año se han cerrado 2.488 oficinas, lo que supone una reducción del 10,86%.
Esto se traduce en que en España se ha pasado de tener una oficina cada 1.000 habitantes antes de la crisis financiera de 2012 a una oficina cada 2.200 personas en 2021, según datos facilitados por Asufin. Paralelamente, la banca ha destruido cerca de 100.000 empleos desde la burbuja inmobiliaria.
Los bancos, ante un entorno de bajos tipos de interés, ha entrado en una espiral obsesiva por conseguir ser rentable a toda costa y si no puede ser por la parte de ingresos se consigue a través de la línea de gastos.
De ahí el enorme proceso de restructuración del sector, no sólo en cierre de oficinas sino también con el despedido de sus trabajadores, una fuerza laboral que 'sobra' porque los banqueros entienden que ya no es necesario tener a tanto capital humano solventando dudas cotidianas a sus clientes.
Caixabank es uno de los bancos que más problemas de este tipo está teniendo. Pero sus desavenencias con los clientes no pasan por no tener oficinas, no. De hecho es uno de los bancos con mayor red tiene, unas 4.500. El gran problema de esta entidad es la fusión con Bankia.
La integración tecnológica ha sido un éxito, todo un hito en el sistema financiero español. Pero lo cierto es que a nivel humano los resultados no están siendo tan satisfactorios. Los clientes migrados de Bankia tienen muchas dudas y es normal que acudan a las oficinas a solventarlas. ¿El problema? Que cada vez hay menos personal en ellas y se montan largas colas de esperas y el descontento es cada vez más generalizado.
Por lo pronto, Goirigolzarri también ha hecho autocrítica y ha explicado que el banco ya está trabajando para "mejorar y adaptar la oferta" para no discriminar a los clientes mayores y los no digitalizados. El ex Bankia ha reconocido que la atención a las personas más vulnerables es un tema que les "preocupa" y les "ocupa" porque "también son clientes". "Dar un excelente servicio a las personas mayores es fundamental", ha resaltado Goirigolzarri, a la vez que ha sacado pecho de la "potente" oferta que ofrece Caixabank para este segmento de la población.