Inquietud en la City londinense por el caso Telefónica. Los inversores de Londres habían puesto el foco en España para medir el intervencionismo en la respuesta del Gobierno al desembarco de Arabia Saudí en la teleco. Y la orden a la Sepi para que compre hasta el 10% de su capital ha encendido las alarmas: “Es un error que acabará pagando la compañía”, según trasladan a Vozpópuli fuentes financieras afincadas en Londres.
La sensación generalizada en la City, desde donde se canaliza la mayoría de las inversiones hacia Europa, es que la irrupción del Estado para hacerse con hasta el 10%, frente al 5% previsto, no es una buena noticia para la teleco.
“No parece adecuado que el Gobierno haga esto como contrapeso a Arabia Saudí”, señala un alto ejecutivo de un fondo de inversión afincado en Londres que pide el anonimato.
El Gobierno intentó movilizar capital privado para contrarrestar el peso de Saudi Telecom Company (STC), que controla un 4,9% de Telefónica y otro 5% a través de derivados que debe autorizar el Gobierno. Pero el rechazo de los grandes del Ibex, incluidos los bancos que conforman el núcleo duro nacional (La Caixa y BBVA), ha obligado al Ejecutivo a utilizar la Sepi.
"Otros gobiernos europeos tienen posiciones más relevantes en otras operadoras competidoras de Telefónica. Pero ninguno ha comprado acciones en los últimos años
Lo cierto es que otros gobiernos europeos cuentan con posiciones más relevantes en otras operadoras competidoras. Este es el argumento al que se ha agarrado Hacienda para justificar el regreso del Estado a Telefónica 26 años después. Noruega tiene casi el 55% de Telenor, mientras que Bélgica y Suiza cuentan con un peso que también supera la mitad del accionariado de sus compañías de telecomunicaciones de referencia. En países más cercanos, como Francia y Alemania, el Estado ostenta el 23% de Orange en el primer caso y el 14% de Deutsche Telekom en el segundo.
Dudas de los inversores sobre la cúpula
“Pero no hay gobiernos europeos volviendo al accionariado de las telecos de bandera. Alemania y Francia, por ejemplo, no han encontrado el momento de salir o se les ha echado el tiempo encima. Pero la diferencia es que no hay ningún gobierno europeo comprando acciones de sus operadores históricos”, inciden fuentes empresariales.
Está por ver cómo se ejecuta la entrada del Estado en Telefónica, que en cualquier caso llevará al menos unos meses para tomar el 10% anunciado. Pero entre los inversores hay dos dudas: si provocará cambios en la cúpula y si el intervencionismo se extenderá a otras empresas estratégicas, según las fuentes consultadas.
Antes de que se conociera que la Sepi tomará hasta el 10% para reforzar el núcleo duro ya se temía que pudiera impactar en futuras inversiones en empresas españoles, como advertían desde uno de los grandes bancos de inversión.
"Habrá que vigilar qué efecto tiene la entrada de capital público en la teleco tanto en el plan estratégico como en la posible reacción adversa de inversores privados", advierten los analistas de Bankinter
Entre los analistas nacionales también se han activado las dudas por la operación. Desde Sabadell y Bankinter se mostraban recelos un día después del comunicado de la Sepi a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La cara negativa del desembarco estatal
“Es previsible que la compra de un paquete de acciones tan elevado tenga un impacto significativo en el mercado (como referencia un 10% de acciones equivale al volumen total negociado durante 1,5 meses), aunque habrá que vigilar qué efecto tiene la entrada de capital público en el grupo tanto en el plan estratégico como en la posible reacción adversa de inversores privados”, advirtieron los analistas de Bankinter.
En el departamento de análisis de mercados de Sabadell también se apuntaba a un “lado negativo” del desembarco del Estado en la teleco de bandera en España, por representar “otra vez” una participación pública mayoritaria en la compañía. De llegar al citado 10%, la Sepi se convertiría en el primer accionista de Telefónica, por encima de Arabia Saudí (4,9% más el 5% en derivados), La Caixa y CaixaBank (con alrededor del 6%) y BBVA, que declara casi un 5%.
Morgan Stantley, que compró durante medio año los derivados para STC, emitió este miércoles un informe para inversores, titulado ‘El Gobierno ha vuelto’. Los analistas del banco de inversión ponían de manifiesto que Telefónica se reincorporará a una larga lista de operadores tradicionales europeos de telecomunicaciones con presencia del Estado, por lo que no les inquietaba la irrupción del Gobierno en Telefónica. “El 10% está en la parte baja”, apuntaba Morgan Stanley, que tildaba de “sin sorpresa” la llegada de la Sepi.