Juego de equilibrios en el Gobierno. Nadia Calviño, vicepresidenta económica, prepara un plan de ayudas a los hipotecados para cubrirlos de la crisis de precios y la subida meteórica del euribor a medio camino entre las advertencias de los banqueros y las exigencias de su socio de coalición. Bajo la amenaza de que el Ejecutivo acabe legislando sin un acuerdo del sector, las entidades insisten en que la situación actual "no es de emergencia" y se apresuran a "hacer números" para alcanzar un pacto "razonable", según distintas fuentes bancarias consultadas por Vozpópuli.
La idea del Gobierno es cerrar este mes las negociaciones para poner en marcha las medidas en diciembre. Las posturas se están acercando entre el Ejecutivo y las entidades, que perciben con "buenos ojos" la última propuesta de Calviño. "Queremos que también aquellas familias de clase media que pudieran entrar en riesgo de vulnerabilidad como consecuencia de la rápida subida de tipos de interés, es decir, que no hayan perdido el empleo o tengan problemas para alcanzar el mínimo para vivir pero sí se vean muy afectadas en su situación financiera, puedan tener mecanismos de protección", dijo ayer la vicepresidenta económica en declaraciones a RNE.
Se trata de un movimiento de Calviño para satisfacer en parte las pretensiones de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, que hace unos días criticó con fuerza las medidas presentadas por los bancos y pidió extender las ayudas a las clases medias y no sólo a las más vulnerables. Para este último colectivo, el sector planteó al Ministerio de Asuntos Económicos ampliar hasta cinco años el plazo de las hipotecas, pero solo en los casos en los que las cuotas se encarezcan al menos un 30% tras la revisión del euribor y siempre que los ingresos del domicilio se limiten a 24.318 euros al año. Estas medidas se incluirían como una ampliación del Código de Buenas Prácticas, que es voluntario para las entidades.
En el seno del Gobierno sorprendió que los bancos redactaran un borrador del real decreto sin haberse consensuado"
Como en toda negociación, está habiendo tiranteces entre el Gobierno y los bancos. De hecho, en el Ministerio de Asuntos Económicos se acogió con estupor que las entidades redactaran un borrador del real decreto con las medidas sin remitirlo directamente al Gobierno, según trasladan fuentes próximas al Departamento liderador por Calviño.
Puede animar a no pagar
"La economía de momento está respondiendo bien. No se trata de una situación de emergencia. Es más bien un plan para el futuro. Aunque nos podemos esperar cualquier cosa", se resignan fuentes de una de las grandes entidades del Ibex. Los banqueros han advertido de que extender las ayudas a los hipotecados puede romper la cultura de pago y defienden que el 80% de las nuevas hipotecas de los últimos cinco años se concedieron a tipo fijo, con lo que están totalmente protegidas de los vaivenes del euribor.
"El acuerdo sería para un perímetro reducido y no de forma generalizada. Otra cosa no tendría sentido. Lo contrario pondría en duda la cultura de pago del país y pondría la presión sobre el sistema", avisó hace unos días Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank. De todas formas, las entidades analizarán "caso a caso" para facilitar el pago de las hipotecas, como coincidieron todos los ejecutivos bancarios durante las presentaciones de resultados de finales de octubre.
Sin efectos contables
Las entidades quieren evitar a toda costa que las ayudas engrosen la partida de provisiones, por lo que han pedido al Ministerio de Asuntos Económicos que se relajen para impulsar el plan. La legislación financiera actual en Europa obliga a los bancos a reclasificar bajo vigilancia especial las operaciones que alargan el plazo de amortización de los créditos.
Se incluirían en lo que en el argot financiero se conoce como stage 2 o riesgo computable en riesgo 2 y que no es otra cosa que préstamos al corriente de pago pero que dan señales de deterioro. El Gobierno, de hecho, se abrió a estudiar relajar las provisiones, aunque la última palabra la tienen el Banco Central Europeo (BCE) y la AEB (Autoridad Bancaria Europea).
El euribor a doce meses, al que se referencian la mayoría de las hipotecas variables, cerró octubre en máximos desde diciembre de 2008, por encima del 2,6%. Este aumento encarecerá la cuota hipotecarias en más de 200 euros.