Cerberus ha decidido paralizar la venta de Haya Real Estate por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ha puesto en marcha la inmobiliaria y que ha sido forzado por la renegociación del contrato de gestión de activos de Sareb, según ha podido saber Vozpópuli por fuentes financieras.
El fondo norteamericano ha optado por esperar a que Haya finalice el ERE para decidir si retoma las conversaciones con Centricus, que ya se habían paralizado el pasado año por la operación de compra de WeWork por parte de SoftBank, el brazo inversor del que depende la firma británica.
Centricus se había quedado sólo en la puja y parecía que la operación estaba cerrada, pero la firma nipona torpedeó los planes de Cerberus al elevar su participación en el gigante del coworking tras hacer un sobreesfuerzo económico. SoftBank tomó el control de la compañía fundada por Adam Neumenn tras realizar una inversión de 4.500 millones de dólares, adicionales a los 1.300 millones que ya se habían comprometido.
La operación de venta de Haya, asesorada por City y Arcano, está valorada en unos 700 millones de euros, muy por debajo de los 1.000 millones que pretendía recaudar Cerberus con la salida a Bolsa de la compañía y que no se llegó a efectuar por la mala acogida que tuvo en los mercados la promotora Metrovacesa.
El ERE de Haya
El servicer aún no ha decidido el número de empleados afectados por la reestructuración, pero espera consensuar la cifra cuando se reúna con los sindicatos, durante los primeros días de febrero. Haya Real Estate, que emplea a 1.200 personas, tiene la intención de terminar con el proceso con la mayor brevedad posible.
La plataforma de Cerberus se ha visto obligada a realizar el ajuste de plantilla a raíz de la reducción de un 30% de la cartera que gestiona para Sareb -provocada por un cambio de estrategia del banco malo- y por las malas previsiones para su cuenta de resultados. No se esperan beneficios en este 2020, han asegurado las fuentes consultadas.
El nuevo acuerdo con Sareb, que tiene una duración de dos años, incluye la comercialización y la gestión de activos residenciales y terciarios por valor de 8.400 millones de euros, muy por debajo de los casi 15.000 millones de euros que gestionaba hasta el pasado año y por el que cobraba una comisión fija que ahora dejará de percibir porque el nuevo contrato acuerda los pagos por la venta de inmuebles.
Solvia, Servihabitat y Altamira también tendrán que aceptar las nuevas condiciones de Jaime Echegoyen si quieren mantener la gestión de sus activos, aunque estos servicer tomarán una decisión en 2021.