El contrato temporal de una semana es el más firmado en España

El objetivo primordial de la reforma laboral que entró en vigor en el mes de marzo de 2022 era que el contrato de referencia en el mercado fuera el indefinido y las otras dieciocho modalidades de contratación fueran la excepción, en una economía que sigue muy dependiente de la estacionalidad de determinadas actividades relacionadas con las actividades turísticas.

Es cierto que, en parte, el objetivo se ha cumplido. En 2019, un ejercicio sobre el que se pueden realizar comparaciones homogéneas, los contratos indefinidos representaron en el mes de junio el 5,45% del total: 105.756 sobre un total de 1,94 millones de acuerdos suscritos entre empresarios y trabajadores.

Hoy, con la reforma de 2021 en vigor, los contratos indefinido siguen siendo los más firmados, pero no consiguen que los contratos temporales sean mayoría cualificada. De acuerdo con los últimos datos publicados por el Servicio Público de Empleo Estatal, en el pasado mes de junio se firmaron 1.349.680 contratos iniciales de los que 537.602 tuvieron carácter indefinido (39,83%) y el resto, 812.078, carácter temporal, el 60,16% del todos los suscritos.

Y es que el segundo contrato más firmado en el mes de junio ha sido el que tiene una duración máxima de siete días. Según el SEPE, en el mes de junio se rubricaron 290.020 acuerdos, el 21,48% del total de contratos firmados: una de cada cinco. Con una duración de hasta un mes se suscribieron casi 450.000 contratos, el 33,31%, es decir, uno de cada tres acuerdos.

Por mucho que se empeñen las autoridades laborales de este país en atajarla, la temporalidad es la base de la contratación laboral. Sirva como referencia que en el mes de junio apenas se firmaron 3.980 contratos con una duración superior a un año, un 0,29% del total. No es que el primer mes del verano de 2024 haya sido excepcional; en junio de 2023 se firmaron 3.984, cuatro más y en los años anteriores, más o menos la misma proporción.

Un dato que sirve para disipar cualquier duda es la duración media de los contratos firmados. Con los datos del SEPE, en junio cada contrato firmado tuvo una duración media de 49 días, ligerísimamente por encima de la registrada un año antes (48,08 días) o de junio de 2019, un año que no se vio sacudido por ninguna extraña casualidad y cuyo mercado laboral se regía por unas guías diferentes anteriores a la reforma, con 47,92 días.

¿Hay algún sector más proclive a la firma de contratos de muy corta duración? La industria y el sector servicios. En el primero, se firmaron 135.582 contratos en el mes de referencia, lo que supone el 10% del total. Tuvieron carácter indefinido apenas el 26,88%, cuando en sectores como la construcción rozaron el 70% del total. Los contratos de una duración máxima de una semana fueron el 23,47%, y con fecha de caducidad en un mes, el 40,83% del total.

Tres de cada cuatro contratos suscritos tuvo su origen en el sector servicios, que absorbe las dos terceras partes de la actividad económica del país en los últimos ejercicios. Mientras los contratos indefinidos se quedaron en la media, los de una semana máxima de duración abarcaron el 23,62% y los de un mes como máximo, el 33,46%. La construcción es el sector que hace menos uso de los contratos de duración muy corta: apenas el 2,84%, del total, por delante de la agricultura (10,27%).

Los contratos de muy corta duración está destinados preferentemente a los más jóvenes, con indiferencia de si son hombres o mujeres. El 30% de los contratos de una semana firmados en junio tuvieron como protagonistas a jóvenes de entre 16 y 24 años de edad. Si añadimos la franje de entre 25 y 29 años, el porcentaje de contratos asciende al 44,5%.

En todas las franjas de edad (el SEPE realiza el estudio dividiendo en 10 franjas a razón de cinco años cada una) el mayor número de contratos firmados se ha dado entre los 20 y los 24 años. Son jóvenes, en buena parte estudiantes, que ven en los meses de verano la forma de ganarse unos miles de euros desempeñando su trabajo en la hostelería y las actividades relacionadas con el turismo y el ocio, o en el comercio al por menor.

Como contrapartida, los contratos con una duración superior al año parecen reservados a las personas más mayores. De los 3.980 firmados en junio, 1.449, el 36,4%, tuvieron como protagonistas a personas mayores de 59 años.