Donald Trump ha levantado el veto a Huawei. Las compañías norteamericanas podrán hacer negocio con la empresa de Shenzhen. El mandatario estadounidense así lo ha anunciado en la ciudad japonesa de Osaka, donde se celebra la reunión del G20.
Trump ha denunciado desde hace meses que la empresa china se dedica a espiar y enviar información sensible de ciudadanos norteamericanos a la dictadura de Pekín.
Algo utilizado para que el presidente de EEUU decidiera prohibir, entre otras cosas, el desarrollo de redes 5G con Huawei, que está especializada en el tendido de redes de telecomunicaciones, además de en la fabricación de teléfonos móviles.
¿Por qué ahora decide recular? Hay múltiples motivos, pero el principal es que Huawei es una empresa de suma importancia para las compañías tecnológicas norteamericanas en términos comerciales.
La dictadura china respondió a las presiones de Donald Trump con una subida de aranceles sobre bienes valorados en 60.000 millones de dólares. La decisión se tomó en mayo y su aplicación se fijó para aplicarse dentro del presente mes de junio, que precisamente concluye pasado mañana
La globalización ha generado sinergias entre compañías que hacen que el desarrollo de un producto necesite de varios proveedores, muchos de ellos a miles de kilómetros de distancia.
"Las empresas norteamericanas han conseguido días atrás burlar el veto de Trump y seguir haciendo negocios con Huawei pese a que Trump lo prohibió. Todo ha sido una bravuconada que el mandatario norteamericano no ha podido mantener", explica Enrique Dans, profesor del profesor de Sistemas de Información en el IE (Instituto de Empresa).
Además, los agujeros de seguridad que Donald Trump ha denunciando no han podido ser demostrados. "Huawei es una empresa que siempre ha jugado de manera sana, y que ha invertido en I+D más que ninguna otra. Nadie ha podido demostrar que sus teléfonos móviles espíen para nadie", asegura Dans.
La decisión de la dictadura china
El conflicto va más allá de Huawei. Es directamente con China. La fabricación de equipos de empresas tan grandes como Apple, Google o Amazon dependen en gran medida de este país.
En este escenario, Apple acaba de decidir llevarse al país asiático el único producto que fabricaba por completo en Estados Unidos, el Mac Pro, un ordenador de más de 6.000 euros de precio. La empresa lleva tiempo sufriendo la presión de Trump por sus negocios fuera del país.
"Parece una respuesta a la política y las amenazas de Trump. Si tú decides asfixiarme yo decido marcharme donde encuentre mejores condiciones", asevera Dans. La noticia se ha conocido hace unas horas y coincide con los ataques de Trump a la empresa por sus negocios fuera de Estados Unidos.
Apple acaba de decidir llevarse al país asiático el único producto que fabricaba por completo en Estados Unidos, el Mac Pro, un ordenador de más de 6.000 euros de precio. La empresa lleva tiempo sufriendo la presión de Trump por sus negocios fuera del país
Otro de los motivos que ha hecho dar marcha atrás a Estados Unidos está, de nuevo, en las relaciones comerciales. La dictadura china respondió a las presiones de Donald Trump con una subida de aranceles sobre bienes valorados en 60.000 millones de dólares. La decisión se tomó en mayo y su aplicación se fijó para aplicarse dentro del presente mes de junio, que precisamente concluye pasado mañana.
Este incremento arancelario se realizaría sobre aquellos productos ya gravados el pasado mes de septiembre. Es algo que pondría en serios apuros a las compañías norteamericanas que venden en China, uno de los mayores mercados, por número de habitantes, de todo el mundo. Un trozo de pastel al que EEUU no puede renunciar.
"Al final, si las propias compañías de tu país te están presionando para que no tomes la decisión de llevar a cabo un bloqueo comercial como el que Trump planteaba, no puedes hacerlo. Ha jugado con cartas que no tenía", concluye Dans.