Coca-Cola sufre en España por los impuestos al plástico y la escasez de agua

Coca-Cola tiene un problema para crecer en España: la presión por la posibilidad de la implantación de un impuesto al plástico y a los refrescos y la sequía que ha marcado los últimos años. Dos problemas que, reconocido por la propia compañía, han mermado su crecimiento en algunos países del viejo continente, especialmente nuestro país.

"La escasez de agua ha sido un problema en esta primera mitad del año, en particular en Francia y España, donde las autoridades han emitido planes de contingencia", han reconocido desde el propio gigante de las bebidas en los resultados semestrales internacionales consultados por Vozpópuli.

El problema de la falta de agua, y sus correspondientes limitaciones de uso, les afecta principalmente a la hora de la producción de los refrescos. Para producir un litro de Coca-Cola se necesitan 1,76 litros de agua: un litro se queda propiamente en la bebida y el otro 0,76 se pierde en operaciones necesarias para su producción, cantidad muy similar a lo que necesita una cerveza.

En 2022 se vendieron 2.920 millones de litros de Coca-Cola en España, para lo que necesitaron aproximadamente 5.139 millones de litros. Motivo más que suficiente para que la sequía se haya convertido en un dolor de cabeza tan grande como para que lo recojan en su análisis sobre factores de riesgo para el crecimiento.

En 2022 se vendieron 2.920 millones de litros de Coca-Cola en España, para lo que necesitaron aproximadamente 5.139 millones de litros

Según esgrimen desde Coca-Cola, para hacer frente a este problema que les hace frenar su crecimiento, además de llevar a cabo "sólidas rutinas de gestión del agua", cuentan con un equipo multifuncional que evalúa el impacto potencial. Por otro lado, trabajan mano a mano con los gobernantes. "Mantenemos buenas relaciones con las autoridades locales basadas en la credibilidad de nuestra estrategia de gestión del agua y la estricta disciplina que aplican nuestros equipos de planificación de la demanda para la priorización y racionalización de los stocks".

Coca-Cola teme el impuesto al plástico

El tema de la racionalización del agua a causa de la sequía es solo uno de los problemas que preocupan este año a Coca-Cola en España. También les genera tensión la posibilidad cada vez más real de que en algunos países se implante un impuesto al plástico y a los refrescos, algo que les afectaría directamente y perjudicaría sus ventas.

"En lo que respecta a nuestros productos, continúan las discusiones sobre posibles impuestos a los refrescos y al plástico en diferentes países de nuestros territorios, incluidos España, Francia e Indonesia. Basándonos en nuestra experiencia, participamos en debates abiertos y colaborativos con las autoridades y otras partes interesadas", alertan también en dicho informe.

Con este rechazo al impuesto del plástico, se unen a la alarma de los súper, que consideran que la normativa es ineficaz, incoherente con los criterios de Europa y "supone un ataque directo a la libertad de empresa y a la competencia".

Ante la reciente aprobación del reglamento de la Unión Europea, Ignacio García Magarzo, director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS) aseguró que la "legislación medioambiental [española] debería seguir criterios de flexibilidad, coherencia y enfoque hacia la competitividad" y ha pedido la "armonización de la norma europea y de la española".

En este sentido, también siguen con cierta preocupación los avances por la regulación del uso de los edulcorantes. "También estamos evaluando y respondiendo adecuadamente a informes recientes en relación con los edulcorantes, considerando el riesgo de regulación, litigios y daños reputacionales, así como los desarrollos con respecto a la implementación de Sistemas de Devolución de Depósitos y soluciones de recolección de residuos", sentencian.