Una nueva fórmula subyace en el silencio del caso STC-SEPI en Telefónica. El retraso del asalto de Arabia Saudí con la toma de hasta el 9,9% de la teleoperadora abre una vía rápida para que el Estado regrese 26 años después al capital de la compañía, según coinciden distintas fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
En los círculos de la banca de inversión empieza a coger fuerza en los últimos días la idea de que el Gobierno aplace la autorización a STC para superar el 5% y despeje así el camino para el desembarco de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales. En otras palabras: el Ejecutivo podría jugar con una baza importante, y es la de retrasar la llegada de más capital árabe a la teleoperadora en beneficio de SEPI.
Arabia Saudí anunció a inicios de septiembre la toma de hasta el 9,9% de Telefónica. Una inversión de más de 2.000 millones de euros que se diseñó en dos partes: el fondo saudí PIF compró acciones equivalentes al 4,9% y el 5% restante se estructuró a través de derivados.
"Entre los banqueros de inversión se considera que Morgan Stanley sería el candidato natural para articular la llegada de la Sepi a la teleoperadora
En este último caso, Morgan Stanley, que controla algo más del 12% de Telefónica a través de instrumentos financieros, ejercería como contraparte de STC, que se guardaba la opción de adquirir el segundo tramo de acciones hasta marzo de 2025.
De ahí que el gigante de Wall Street pueda ser el “candidato natural” para la irrupción de la SEPI, como señalan distintas fuentes de la banca de inversión.
Moncloa juega sus cartas
La fórmula sería la de retrasar la autorización a STC, que tiene que contar con el aval del Consejo de Ministros para crecer por encima del 5% en una empresa considerada estratégica como Telefónica, que cuenta con importantes contratos y concesiones en materias como la defensa nacional. Mientras tanto, el Estado podría negociar con Morgan Stanley para adquirir parte de los títulos que controla de forma indirecta a través de derivados para llegar al 10% previsto.
No sería la primera vez que Moncloa juega una estrategia similar, en favor de sus intereses. Cabe recordar -salvando las distancias- que Vivendi solicitó en 2021 permiso para crecer por encima del umbral del 10% en Prisa. El Gobierno podría haber resuelto la petición por la vía rápida, pero sus dudas sobre la posibilidad de que la multinacional francesa -comandada por un conservador como Vicent Bolloré- pudiera ganar influencia en este grupo hicieron que demorara su resolución.
Tal es así que Vivendi finalmente la retiró. Unos meses después, un holding de empresarios afines al PSOE compró el 7% de Prisa que poseía Telefónica. Fue una buena muestra de cómo el Ejecutivo puede hacer uso del poder de especulación que le otorga el llamado 'escudo anti-OPAS' para hacer prevalecer sus intereses.
Arabia no tiene prisa
En el caso de Telefónica, han pasado seis meses y Arabia Saudí todavía no ha solicitado formalmente la autorización para tomar hasta el 9,9% anunciado. En los círculos financieros se da por hecho que STC agotará al máximo los plazos, que ha transmitido a la compañía que no tiene prisa por materializar su desembarco, según fuentes internas de Telefónica.
“A estas alturas, lo más lógico y más rápido para la entrada de la Sepi, pasa por no autorizar todavía el segundo tramo de acciones a STC y comprar las acciones que controla de forma indirecta Morgan Stanley”, coincide un alto exdirectivo de Telefónica conocedor de los entresijos de este tipo de movimientos. Sería la manera de desbloquear la operación al evitar un conflicto de interés de Morgan Stanley, que fue el banco que maniobró para el desembarco saudí.
También se considera que ayudaría a no interferir demasiado en el precio de la acción, que ya ha borrado todo el efecto subida que propició el anuncio de la llegada de capital saudí. El 5 de septiembre, cuando STC comunicó al cierre de mercado su irrupción en Telefónica, la acción cotizaba a 3,75 euros. Casi medio año después, la compañía cerró la última sesión de la semana en los 3,56 euros por título.
Futuro incierto
¿Qué puede pasar en el futuro? Hay quien estos días apunta a lo que ha sucedido en Vodafone, donde Emiratos Árabes Unidos anunció hace dos años su intención de tomar una participación de hasta el 14%, pero no ha sido hasta esta semana cuando ha ejercido su derecho a designar un consejero.
El capital árabe asume estas operaciones con calma y en Telefónica no ha dado muestras de lo contrario. De hecho, lo que ha transmitido en los altos despachos del grupo es que su llegada a España se explica en su interés por aprender sobre el negocio de una compañía 'madura'. En este sentido, ha descartado cualquier actitud activista que vaya a ser contraria al modo de proceder de sus actuales directivos.
Dicho todo esto, y tal y como publicó Vozpópuli, otra de las grandes preguntas que se hacen estos días los inversores es la relativa a cómo financiará el Ejecutivo la toma de hasta el 10% de Telefónica. La prórroga de los actuales Presupuestos Generales del Estado no ha ayudado, ni mucho menos, a acelerar la operación, y cualquier imprudencia en este sentido podría desequilibrar el balance de la SEPI.
Tracsim
No sé qué es peor: que entren los saudíes o que lo hagan los socialistas españoles. Casi prefiero lo primero.