Adornar la ciudad con grandes decorados luminosos se ha convertido en una tradición navideña que cada año es tomada con mayor seriedad y cada vez es más común ver grandes árboles de luz en las plazas y curiosas decoraciones colgando de las calles. Y no es de extrañar que los alcaldes se preocupen de iluminar su ciudad cada año más, porque las luces de Navidad suponen una gran atracción turística, especialmente en fechas señaladas de diciembre como el puente de la Constitución.
No obstante, la instalación, alquiler e iluminación de estos decorados tiene un coste que, en muchos casos, lejos está de ser bajo. Este año, además, más de una urbe española ha decidido incrementar su presupuesto respecto al año anterior, a pesar de la inflación y la subida de precios en la luz. Este año, el dinero que han gastado las 33 principales ciudades de España un total de 11.931.467 millones de euros.
Algunas ciudades, como Barcelona, han llegado a aumentar el presupuesto casi un 55%. El pasado 2022, la Ciudad Condal contó con un coste de 860.000 euros para iluminar sus calles, este año la cifra asciende a 1.900.000 euros. Valencia y Pamplona son otras dos urbes que han incrementado el importe de las luces de Navidad más de un 40%.
Madrid es la ciudad española que más dinero destina a la iluminación navideña. Este 2023 la capital ha invertido un 7,5% más, alcanzando los 4,3 millones de euros. Le sigue en segunda posición Vigo, ciudad conocida precisamente por su alumbrado navideño. El Ayuntamiento de Abel Caballero ha invertido este año 2.370.000 euros.
Aunque la capital española gaste más de cuatro millones de euros en las luces de Navidad, cuenta con más de tres millones de personas empadronadas. Por lo que la factura de los madrileños 1,3 euros, dentro de la media española. En el otro lado de la moneda se ubica Vigo, siendo la ciudad con la mayor factura por habitante. Con 300.809 habitantes, las luces de Navidad les han costado a los vigueses 7,9 euros por ciudadano.
Oviedo y Santa Cruz de Tenerife completan el ranking junto a Vigo. La capital asturiana ha contado este año con un presupuesto de 1,3 millones de euros, que le ha salido a 5,87 euros a cada uno de los 221.152 ciudadanos. Por su parte, la capital tinerfeña ha presupuestado el alumbrado navideño en 1,2 millones de euros. Los 209.688 de habitantes han tenido que pagar un total de 5,72 por cabeza.
Otros casos, como el de Bilbao, sorprenden. El Ayuntamiento bilbaíno cuenta con un presupuesto de 0 euros para las luces de Navidad, por lo que no sale a coste a sus ciudadanos. Esto se debe a que la corporación cuenta con su propio decorado, de esta manera simplemente invierte 2.000 euros en el gasto de la luz.
Debido a los altos precios de la luz, y para compensar el alto coste de los elementos de decoración, muchas ciudades han decidido adoptar medidas para reducir la contaminación lumínica y energética, como adelantar la hora de apagado de las luces o retrasar el encendido. Aunque el gasto energético corre a cargo de las empresas adjudicataria.
El turismo de polilla: la atracción de las luces de Navidad
"Es la gran liga de la Navidad" decía Abel Caballero en su discurso el día del encendido de luces. Las ciudades se preocupan cada vez más en traer las decoraciones más llamativas y los árboles de luz más altos con el objetivo de atraer al mayor número de visitantes posibles. Algunas, como Vigo, han llenado sus calles con 11,5 millones de luces led, además de un árbol de 65 metros con una estrella de casi otros 20 metros de altura.
Es lo denominado como 'turismo de polilla', en relación a la atracción por la luz que sienten estos insectos. Estos días se ven las calles de las principales ciudades españolas con aglomeraciones. En Madrid fue establecido durante el puente de la Constitución el 'nivel negro' debido a la alta ocupación en alojamientos turísticos que han provocado el despliegue de un dispositivo especial de seguridad.
En Barcelona hay personas se colocan en las calzadas intentando conseguir la mejor foto navideña posible. La Guardia Urbana ha tenido que intervenir en más de una ocasión por riesgo de atropello. Y no solo las calles. Las estaciones de tren y metro también se han visto abarrotadas. Según informa Antena 3, mil personas abarrotaban cada 20 minutos los vagones en Málaga.
Este gran turismo de masas favorece la posibilidad de estampidas y la necesidad de aumentar la seguridad. La Mesa Antiterrorista incluso se ha reunido para estudiar si es necesario subir la alerta antiterrorista, actualmente en el nivel 4.
A los jefes de los Ayuntamientos españoles parece no importarles estas aglomeraciones y problemas de tráfico y transporte público. Cada año aspiran a más con sus decorados y luces de Navidad, ya que el verdadero objetivo del 'turismo de polilla' es que las personas aumenten su gasto navideño y así obtener un mayor beneficio.