La entrada de Arabia Saudí en Telefónica a través del operador de la región de Oriente Medio, STC Group, es un quebradero de cabeza para el Gobierno de Pedro Sánchez. La familia saudí, en un inesperado movimiento de ficha, adquirió a principios de septiembre un 9,9% de la compañía dirigida por José María Álvarez-Pallete, algo que hizo saltar las alarmas tanto en la propia corporación como en el Gobierno.
Se trata de un porcentaje que desactiva el escudo antiopas aprobado por Pedro Sánchez durante la pandemia. El objetivo de este instrumento, prorrogado al inicio de la guerra de Ucrania, era blindar a las empresas españolas para que no fuesen adquiridas por terceros durante el covid, momento en el que los mercados se desplomaron. A partir del 10% de participación, el Gobierno puede decidir si la operación sigue adelante o no, por lo que ese 9,9% tiene claramente la intención de sortear el escudo.
Sánchez trata de formar Gobierno y la maniobra saudí es una piedra en el zapato. Es consciente de que no puede pronunciarse al respecto. Fuentes cercanas a Telefónica y al Ejecutivo de Sánchez explican a Vozpópuli que hasta que no haya Gobierno, o en su defecto se hayan convocado elecciones, habrá silencio institucional a este respecto.
Gobierno en funciones
Y es que con el Gobierno en funciones cualquier inclinación de la balanza a favor o en contra de la operación podría tener un efecto negativo para los intereses de los de Sánchez, tanto en el electorado si hay nuevas elecciones como entre los ya socios del Ejecutivo o los que podrían serlo.
Este es el motivo por el que, tal y como aseguran fuentes cercanas al Gobierno a este diario, no habrá declaraciones concretas o en sentido alguno desde el Ejecutivo hasta que se resuelva la situación.
Fuentes cercanas a Telefónica explican a este diario que la demora en la notificación de STC Group podría deberse a que en la actualidad el operador español y la saudí, participada mayoritariamente por la familia real del país, se encuentran en la actualidad hablando sobre el encaje de la corporación con sede en Riad en el operador español
Sumar ya manifestó públicamente que está en contra de la operación, y pidió vetarla. Yolanda Díaz calificó al operador español como una empresa "estratégica y clave en materia de defensa en España". Díaz manifestó que se deberían pedir una serie de garantías para que una empresa extranjera entre en el capital de una corporación española.
Por su parte, desde el Gobierno, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, manifestó tras conocerse la noticia que “Telefónica es evidentemente una empresa estratégica para nuestro país y desde el Gobierno aplicaremos todos los mecanismos que sean necesarios en defensa de los intereses estratégicos de España”. Poco después apuntó que el Ejecutivo no había recibido "ninguna notificación" de STC Group informando de la operación, algo que debe hacer en estos casos.
Con el Gobierno en funciones, cualquier inclinación de la balanza a favor o en contra de la operación podria tener un efecto negativo para los intereses de los de Sánchez tanto en el electorado si hay nuevas elecciones como entre los socios y posibles socios del Ejecutivo
Fuentes cercanas a Telefónica explican a este diario que la demora en la notificación podría deberse a que en la actualidad el operador de telecomunicaciones español y STC Group, participada mayoritariamente por la familia real de Arabia Saudí, se encuentran viendo el encaje de la corporación con sede en Riad en la compañía dirigida por José María Álvarez-Pallete.
Las fuentes consultadas por este periódico aseguran que casi con toda seguridad Pedro Sánchez no se opondrá a la maniobra. "La realidad es que no puede hacerlo. España tiene muchos intereses y contratos con Arabia Saudí que se pondrían en peligro en el caso de que pusieran pegas a la entrada de STC Group en Telefónica".
Golfos
Que tio tan asqueroso y malnacido que pena de aborto.