El Gobierno confía en que la recaudación tributaria crezca un 10,8% este año respecto a 2020 y un 8,1% en 2022 frente a este año, una estimación que de cumplirse supondrá unos ingresos fiscales récord para la Agencia Tributaria de alrededor de 232.400 millones de euros el próximo año, el equivalente al 21% del Producto Interior Bruto (PIB).
Este incremento de lo que el Estado ingresa por impuestos se producirá sin que apenas haya cambio normativos en el plano fiscal, según ha prometido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya que las únicas medidas que contemplan los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en el plano tributario son el establecimiento de un tipo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades y la bajada del límite de la bonificación fiscal en IRPF de los planes de pensiones privados hasta los 1.500 euros -desde los 2.000 en que se está en la actualidad-.
El tipo mínimo de Sociedades apenas aportará 400 millones de euros al Estado, según ha avanzado Montero en la rueda de prensa de este jueves posterior al Consejo de Ministros extraordinario en el que se han aprobado las cuentas.
La ministra ha avanzado además que de cara al próximo año se rebajará la recaudación prevista por figuras impositivas como el Impuesto sobre determinados servicios financieros (la conocida como 'tasa Tobin') o sobre Servicios Digitales (la 'tasa Google'), ya que ambos han tenido este año un desempeño peor de lo previsto.
"La mejora económica permitirá un incremento el próximo año de la recaudación de las principales figuras fiscales, como el IRPF, el IVA y el Impuesto de Sociedades", ha señalado el Ministerio en una nota enviada a prensa.
A falta de confirmarse que no hay verdaderamente medidas tributarias de ingresos en la redacción de las cuentas, que se depositarán en el Congreso de los Diputados el próximo miércoles, Hacienda parece fiar la recuperación de los ingresos tributarios al crecimiento económico: sólo por el incremento de la actividad económica, el Estado aumentará la recaudación.
La recaudación depende de que el crecimiento económico no se desinfle
Este mismo principio es en el que sustentaba el aumento de ingresos fiscales de este año, aunque por el momento no hay certeza de que éste se vaya cumplir: de los 215.008 millones de euros que pretendían ingresar en 2021 (un 10,8% que en 2020), hasta agosto se han recaudado 141.867 millones, según el último informe de recaudación, con lo que es necesario acelerar el ritmo de recaudación mensual para poder cumplir con las expectativas.
Si bien el crecimiento económico genera un efecto tractor en los ingresos fiscales, hay que tener en cuenta que los incrementos de PIB que estaban previsto para estos años han ido desinflándose poco a poco.
En marzo de este año, cuando el Ejecutivo presentó la Actualización del Programa de Estabilidad, estimó un crecimiento del PIB que podría llegar este año al 9,8% con la plena ejecución de los fondos europeos, aunque posteriormente tuvo que rebajarlo al entorno del 6,5%. Las últimas previsiones de los analistas y casas de estudios vaticinan que finalmente se quedará más en el entorno del 5-5,5%.
Algo similar podría ocurrir con el crecimiento económico esperado para 2022. El Gobierno prevé, de acuerdo con su cuadro macroeconómico, que la economía española crezca un 7% el próximo año, una cifra mucho más optimista que la que manejan instituciones como el Banco de España, que, sin conocer aún el recorte anunciado por el INE hace dos semanas, ya vaticinaba un crecimiento del 5,9%, un punto inferior a la del Ejecutivo.
De lo que crezca la economía en 2022 dependerá que los ingresos fiscales sean tan potentes como espera el Gobierno y, dado el nivel de gasto público esperado, de que el déficit público baje hasta el 5% del PIB, como espera el Ejecutivo.