La victoria electoral de Salvador Illa da pie a calcular la herencia que el independentismo deja en la economía de Cataluña. El balance de lo sucedido tras el 1-O deja datos tan alarmantes como el que sigue: la inversión extranjera se ha hundido un 55% desde el referéndum ilegal.

La inestabilidad política, la ausencia de un horizonte claro para la inversión, han provocado un desvío del capital fóraneo hacia otras comunidades autónomas, con Madrid a la cabeza. Este y otros indicadores están expuestos en un informe recién publicado por el Instituto Juan de Mariana.

En 2023, transcurrido ya un lustro desde la 'revuelta' del 1-O, Cataluña recibió sólo un 16,4% de la inversión que entró en España. La región que gobierna Isabel Díaz Ayuso, con una economía saneada y un caldo de cultivo benigno para la inversión, captó un 54,3%. Es decir, tres veces más.

Según las cifras recopiladas por el IJM, el 1-O supuso un cambio de tendencia que aún no ha revertido. Un año antes del referéndum ilegal, Cataluña captó más de 8.300 millones de inversión extranjera. En los años posteriores, las partidas recibidas se redujeron hasta una media anual de 3.800 millones. De la comparativa se extrae otra caída contundente, del 55%.

Ese importante trasvase de la inversión ha corrido paralela a la fuga de empresas. La cifra acumulada ronda los 8.700 y el goteo no cesa. Como avanzó Vozpópuli, 2024 echó a andar con la mayor salida de sociedades de los últimos cinco años. En concreto, se produjeron 259 bajas y sólo 175 entradas.

El informe del IJM muestra otros ejemplos de la brecha creciente entre los dos principales motores económicos de España. Entre 2017 y 2023, el PIB madrileño ha crecido un 11%. El de Cataluña ha avanzado un 7,2%, situándose por debajo de la media nacional durante este periodo (7,8%). "Si antes era una locomotora que tiraba de la economía nacional, hoy Cataluña figura por debajo del crecimiento medio", recuerdan los analiistas del instituto.

Lo cierto es que, históricamente, la economía catalana siempre tuvo mayor peso en el PIB que la madrileña, impulsada por su tejido industrial y una población superior. Las tornas cambiaron el año posterior al referéndum. En 2018, la Comunidad de Madrid protagonizó el 'sorpaso': al concluir el año representaba un 19,2% del PIB nacional, dos décimas por encima de Cataluña. Esa brecha se ha mantenido desde entonces.

Impuestos en Cataluña

Además de la incertidumbre política, entre los factores que explican el distanciamiento entre las dos regiones está la politica fiscal que han aplicado las fuerzas independentistas desde 2017. Según el IJM, Cataluña cuenta con 15 tributos propios, el triple que la media de comunidades autónomas. "Por otro lado, en el IRPF vemos que sus tramos autonómicos se mueven entre el 12% y el 12,5%, de modo que tanto las rentas bajas como las altas pagan muchos más impuestos que en Madrid (9%-21%) o Andalucía (9,75%-23,3%)", añade el informe. "De hecho, concluye, "la presión fiscal normativa en Cataluña supera la media autonómica en un 24%".

Tampoco ha jugado a favor de la atracción de inversión el estado de las cuentas públicas. La deuda catalana roza los 85.000 millones, mientras que el endeudamiento per capita asciende a 10.608 euros.

Los pasivos de la Generalitat se sitúan en el 31,1% del PIB regional. Este ratio solo lo superan en nuestro país la Comunidad Valenciana (41%) y Castilla-La Mancha (31,5%). En el otro extremo se situán regiones como Madrid (13%) y Galicia (16,2%) o Andalucía (19,5%).

Si, en los últimos años, Madrid ha ido ampliando la brecha en términos de PIB, Cataluña ha protagonizado un despegue similar con la deuda. El informe del IJM recuerda que el endeudamiento de la Generalitat superaba en 10.000 millones al que presentaban las cuentas madrileñas. Esa diferencia se ha multplicadopor cuatro, hasta los 50.000 millones.

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