Mientras los aficionados del Barcelona se ilusionan con su estreno en Champions, sus socios financieros lo hacen con su potencial económico. El presidente Joan Laporta se ha encargado de diversificar riesgos entre ellos, pero les une el consenso de que el club recuperará en algún momento el vigor operativo que tenía antes del golpe que supuso la pandemia.
La fecha proyectada entre inversores americanos vinculados a Can Barça pasa por el año 2026, casualmente, el último del actual mandato de Laporta. Para mediados de ese año, el club debería estar en condiciones de plantear un presupuesto para la temporada 26/27 capaz de rebasar los 1.000 millones de euros en ingresos ordinarios (sin incluir transferencias de jugadores). Lo anterior es un umbral simbólico: recuerda al objetivo de 1.047 millones de euros de facturación que se había fijado la institución entonces presidida por Josep Maria Bartomeu al inicio de la temporada 19/20, antecedida por 990 millones de facturación en la 18/19 y dinamitada por el coronavirus.
La pandemia ha sido especialmente dura para el Barcelona, que hasta entonces registraba los mayores nivel de facturación en el mundo pero también, de gastos
La pandemia ha sido especialmente dura para el Barcelona, que hasta entonces registraba los mayores nivel de facturación en el mundo pero también, de gastos. La campaña 2021/2022 se cerró con menos de 700 millones en ingresos ordinarios sin contar palancas, al tiempo que la 2022/2023 habría quedado de nuevo por debajo de los 800 millones de euros de facturación sin extraordinarios. En contraste, el máximo rival de los culés, el Real Madrid, que también ha precisado una operación de financiación externa para afrontar la pandemia y el nuevo Santiago Bernabéu, ha cerrado el ejercicio 2022/2023 con 843 millones de euros en ingresos, por los 757 millones de la 2018/2019.
El Barça empezará a pagar el Espai en 2026
La fecha de 2026 tampoco debería sonar como anecdótica: es entonces cuando culminaría el período de carencia de la financiación del Espai Barça -con este, ya al pleno de su funcionamiento- y el club debería empezar a pagar a sus acreedores. De inicio, unos 44 millones en intereses a pagar a partir de finales de 2025 y 190 millones entre 2026 y 2027, que equivalen a los intereses acumulados desde este 2023. Hasta entonces, el plan trazado es aumentar los ingresos operativos, bajar los gastos y capear deudas con nuevas palancas, como la que el club espera cerrar en 2024 en torno a Barça Media y su salida al Nasdaq de Nueva York: una posible plusvalía para el club de hasta 600 millones de dólares que previsiblemente permitiría al equipo volver a equilibrar sus cuentas de cara a LaLiga.
La intención de la institución es destinar no más de 95 millones de euros a la amortización de la deuda desde el fin de la carencia, reservándose la posibilidad de refinanciar y así aplazar el grueso del principal. Son estos números los que permitirían que el nuevo Camp Nou reporte al club más ingresos que los que ya podía generar antes de la reforma
En 2028, el club debería empezar también la devolución de parte del principal de los 1.450 millones solicitados. La situación en la que se encuentre entonces el Barça será importante de cara a sus posibilidades para conseguir refinanciar parte de los préstamos por el Espai. Y es que, en las condiciones en vigor actualmente, 583 millones vencen en 2028 y otros 477 millones, antes de 2032. Paralelamente, habría que afrontar un total de 405 millones en intereses hasta entonces.
Bajo la estructura cerrada por la directiva de Laporta de la mano de Goldman Sachs, JP Morgan y Key Capital Partners, los primeros 100 millones que genere el nuevo estadio serán el fijo para el club, pero los 247 millones restantes que ha proyectado la firma americana Legends serán la garantía de los inversores.
La intención de la institución blaugrana es ocupar no más de 95 millones de euros al año en la amortización de la deuda desde el fin de la carencia, reservándose la posibilidad de refinanciar y así aplazar el grueso del principal. Es este camino el que permitiría que el nuevo Camp Nou reporte al club más ingresos que los que ya podía generar antes de la reforma. De hecho, antes de la pandemia, el club llegó a declarar ingresos por el estadio superiores a los 200 millones de euros.
Aquiles
Va a pasar Endeudado hasta las trancas más de 50 años …
PijoListo
Esos llamados fondos buitre, que tendrá que ver un ave con un fondo, le exigirán al Barsa que cierre el fútbol femenino si es deficitario porque los fondos están para ganar dinero y no para ser almas de la caridad de quien no genera ingresos