Desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa hace cinco años, el número de hogares ha aumentado sólo un 3,9% hasta casi 19,3 millones. Lo que significa que se está produciendo un estancamiento en la formación de nuevas familias como consecuencia de la situación económica. Además, ni siquiera este incremento se ha trasladado al número de perceptores de ingresos de estas unidades, que están sufriendo una profunda transformación con el empuje de la inflación, el reparto del empleo y las bajas remuneraciones.
España se ha convertido en un país en que predominan los hogares con uno (8,5 millones) o dos ingresos (7,9 millones) a lo sumo, procedentes de un trabajo, de una pensión de jubilación o de otro tipo o de un subsidio de desempleo, se esté o no inscrito como demandante (el SEPE suma ocho tipos de ayudas). Pero, a partir de aquí se está produciendo una verdadera eclosión por las dificultades económicas. Las familias con un solo ingreso han crecido un exiguo 1,9% desde 2018 (159.000 más) y un 2,8% (215.000 más) las que tienen dos perceptores, mientras que las que obtienen tres o más registran un aumento récord del 21,3%.
En concreto, hay un 19,2% más de hogares con tres ingresos (287.000 más), independientemente de la cuantía que perciba cada miembro, y la subida llega al 30,4% (107.000 más) en las de cuatro o más perceptores. Este espectacular aumento no significa que se esté produciendo una mejora de la economía doméstica, sobre todo; cuando abunda el empleo a tiempo parcial (hay casi tres millones de personas en esta situación) y el contrato de fijo discontinuo (con un millón de personas), que ha sustituido al temporal y se ha convertido en la estrella de la reforma laboral del Gobierno.
El alza se debe a las dificultades de los jóvenes en independizarse del hogar ‘nodriza’ (el que encuentra algún trabajo no puede irse de casa), así como a la necesidad de tener que compartir piso por los elevados alquileres. Por ejemplo, muchas familias no tienen más opción que realizar una economía de escala para sumar ingresos y aguantar la situación por la escasez de los sueldos. Es decir, se debe a una vuelta más de la precarización, también salarial (el sueldo medio es de unos 28.360 euros, con un alza muy por debajo de la inflación, y el más frecuente no llega a los 20.000 euros). Y lo que es más evidente: las pensiones son las que están sustentando en muchos casos estos núcleos. Aportan más de 10 millones de perceptores, con unos ingresos de cierta estabilidad de poco más de 1.100 euros mensuales de media. De todo esto no hablan los líderes políticos en la campaña electoral del 23-J.
La estadística oficial señala que España tiene ahora algo más de 48 millones de habitantes (medio millón más que en 2018), con una población en edad de trabajar (de 16 a 64 años) de unos 30,2 millones (770.000 más que hace cinco años). Mientras, dispone de 20,8 millones de afiliados (1,9 millones más, pero muchos de ellos son funcionarios o indefinidos con contrato por horas o fijos discontinuos), así como nueve millones de pensionistas que cobran 10 millones de pensiones y 1,7 millones de parados que perciben una prestación contributiva o una asistencial. Todos ellos residen en esos 19,3 millones de hogares en un parque de 26 millones de viviendas.
Los hogares con mayores dificultades
Casi el 30% de estas unidades (5,4 millones), unas 210.000 más que en 2018, no tienen un solo activo; es decir, con empleo o en paro, pero buscando trabajo. En total, 6,5 millones de los hogares no cuentan con ocupados (un tercio del total) y de ellos 1,1 millones (6%) tienen a todos sus componentes en paro. Además, el Banco de España ha alertado de que hay 1,8 millones de hogares que tienen dificultades serias para adquirir productos básicos. Así, aunque las cifras no coinciden exactamente, a la EPA del primer trimestre de este año (últimos datos disponibles) le sale que hay más de 32 millones de perceptores de ingresos por todos estos conceptos (con los datos de afiliación media saldría un millón más) en esos 19,3 millones de hogares.
Todo esto significa que el mercado laboral no da más de sí y que el empleo existente se está repartiendo entre varias personas con la consiguiente afectación económica; que el actual modelo de crecimiento de la economía basado en los servicios es incapaz de generar el empleo que se demanda y que no facilita la calidad salarial necesaria; y que el modelo unipersonal de hogares con un solo integrante e ingreso, o con dos a lo sumo, empieza a ser insuficiente en las actuales condiciones y además parece estar colapsado.
El conjunto de las remuneraciones, es decir, la masa salarial que incluye el incremento de más del 12% de las cotizaciones y del salario mínimo, sólo ha crecido un 7% desde 2018 (el doble en el sector público). En todo caso, de momento, el modelo actual lo salva las retribuciones de las pensiones que se convierten en una de las principales fuentes de los perceptores de ingresos de las familias.
Radiografía de las retribuciones de las familias
La mayoría de esos 19,3 millones de hogares están habitados por dos personas (29,7%), unos 5,7 millones, pero no son los que tienen mayor número de perceptores de ingresos. Le siguen las familias con un solo miembro, casi 5,4 millones (27,9%). Mientras, con tres convivientes hay otro 20% (3,8 millones de unidades) y, por ejemplo, con cuatro personas hay otro 16,4% de hogares (casi 3,2 millones). Y con cinco o más componentes hay 1,2 millones de familias (6%).
En cuanto a los perceptores, hay 566.500 hogares (3% del total) que no tienen un solo perceptor. Es decir, están en la más absoluta miseria. Ninguno del casi millón de componentes recibe un solo euro de una nómina, pensión o subsidio. ¿Quiénes son? El 61% (346.000) corresponde a núcleos de una sola persona; el 19% (106.000) está habitado por dos personas; y con tres o más aparecen 115.000 familias.
Independientemente del valor monetario de las cantidades percibidas, son mayoría los hogares con uno y dos perceptores. Los 8,5 millones de familias existentes con un solo ingreso representan el 44% del total de unidades existentes frente al 45% de hace cinco años. Es decir, se ha producido un descenso de un punto. En casi 5,1 millones (59%) de estos núcleos sólo reside el propio perceptor mientras que con dos personas, pero sólo un ingreso, hay casi otros dos millones de familias (23%) y con tres habitantes, y también un único ingreso, hay 772.000 hogares (9%). A partir de cuatro o más miembros se encuentran 713.000 familias (8%), de las cuales sólo uno recibe algún tipo de ingreso. En estos hogares conviven unas 14,5 millones de personas.
Le sigue en este ranking, las familias con dos perceptores. Hay casi ocho millones. Representan el 41% del conjunto de familias nacionales frente al 42% en 2018. El 46% de estos hogares (algo más de 3,6 millones) tiene a dos habitantes, que son los que perciben la totalidad de los ingresos. Otro 26% de unidades (casi 2,1 millones) tienen a tres residentes pero sólo dos perciben alguna retribución, y otro 23% (más de 1,8 millones de familias) tienen a cuatro componentes pero sólo la mitad recibe ingresos. Y hay otros 434.000 hogares en que sólo dos miembros tienen ingresos aunque cuentan con cuatro o más convivientes. En conjunto, en estas familias viven unas 23,1 millones de personas.
Con tres perceptores de ingresos hay casi 1,8 millones de hogares frente a los 1,5 millones de hace cinco años y representan el 9,2% del conjunto total, un punto más que en 2018. El 52% (más de 920.000) está habitado por las tres personas que reciben ingresos. Otro 32% (unas 573.000 unidades) tiene a cuatro personas conviviendo, una más de las que reciben algún tipo de ingreso. Hay, además, casi 200.000 hogares (11%) con tres cinco miembros, pero sólo tres son perceptores de ingresos. En cuanto al resto, más de 950.000 familias, tienen más de seis residentes frente a esos tres ingresos. En este grupo coexisten unas 6,6 millones de personas.
Y han irrumpido con fuerza los hogares con cuatro o más perceptores, que están configurando unidades de defensa anti crisis sumando ingresos para hacer frente a la situación en muchos casos por necesidad. Hay 460.000 familias (2,4% del total) frente a los 352.000 que existían en 2018 (1,9% del total). De ellas, el 56% (unas 256.000) frente al 51% en 2018 tienen a sus cuatro miembros percibiendo algún tipo de ingreso. Otro 27%, con 124.000 unidades, dispone de cuatro o en algunos casos hasta cinco ingresos con cinco miembros. Y con más de seis habitantes en el hogar hay unos 79.000 hogares que disponen de esos cuatro o más perceptores. En esta cohorte hay casi 2,2 millones de personas.
ma
Más de la mitad de los inscritos en el SEPE como parados tienen más de 45 años. Además, no hay solución al desempleo mientras siga entrando emigración ilegal como ahora, sobre todo de África con gente que no sabe hacer la o con un canuto.
Vayatoalla
Es que tenemos una generación de Fumis que o se lo igualan fuera o no salen de casa.