Economía

La planta de Mercedes Vitoria salvará el año con una caída de producción inferior al 10%

A pesar de las muchas dificultades que está atravesando la industria de la automoción, la fábrica vitoriana de Mercedes Benz finalizará este año con una caída productiva de apenas 12.000 unidades.

  • A pesar de los problemas de suministros de chips, Mercedes Vitoria dejará de producir apenas 12.000 furgonetas este año.

No está siendo un año precisamente fácil para el sector del automóvil en general ni para la fábrica de Mercedes-Benz Vitoria en particular. Un 2022 que está siendo especialmente delicado en medio de la crisis de suministro de chips al que se añadió antes del verano unas complejas negociaciones sobre un nuevo convenio colectivo que enfrentó a trabajadores y directiva a lo largo de semanas.

Pero a pesar de todo ello, Mercedes-Benz Vitoria va a poder cerrar este año con una reducción de la producción de menos de 12.000 unidades respecto a las previsiones de principios del ejercicio, de manera que se fabricarán 146.758 furgonetas en lugar de las más de 158.000 calculadas inicialmente, una caída de apenas un 8%.

Así se lo ha anunciado la dirección de la planta al comité en una reunión mantenida ayer lunes en la que también ha transmitido que "a pesar de la incertidumbre actual en los mercados, la subida de los tipos de interés del BCE y la inflación, de la falta de suministros y la guerra" la cuenta de referencia de Mercedes "se acerca al positivo, alcanzando niveles prepandémicos".

La compañía también ha informado a los sindicatos de que a lo largo del mes de octubre se trabajarán todos los sábados y de que, a partir del 3 de octubre, se ampliará en 30 minutos el horario del turno de noche en montaje bruto, montaje final y pintura, han informado fuentes sindicales.

Mercedes Vitoria es la mayor fábrica de Euskadi y cuenta con alrededor de 5.000 trabajadores. En los últimos meses ha vivido varias huelgas por la falta de acuerdo a la hora de renovar el convenio colectivo. En julio finalmente se llegó a un entendimiento que fue después refrendado por la plantilla.

Inversiones esenciales para el futuro

El acuerdo sobre el convenio facilitará además que la multinacional automovilística haga una inversión de 1.200 millones en esta fábrica para ampliarla y adaptarla a la fabricación de nuevos modelos. El lehendakari, Iñigo Urkullu, confió recientemente en que la confirmación de esa inversión se produzca antes de que termine septiembre.

Y es que los meses pre verano estuvieron marcados por la tensión vivida a cuenta del nuevo convenio colectivo y de las implicaciones que su aprobación tenía sobre esas futuras inversiones para asegurar la producción durante los próximos años. Unas semanas de muchas negociaciones con una votación final de la que dependían más de 30.000 empleos que genera la fábrica de Mercedes-Benz, tanto directos como indirectos.

Una capacidad productiva la de Mercedes Vitoria en plena crisis de los semiconductores que contrasta con los muchos problemas que está viviendo una de las mayores fábricas del sector en España como es la de Stellantis Vigo, la conocida como fábrica de Citroën, que cuenta con más de 7.000 trabajadores y que a lo largo del primer semestre vivió nada menos que cuarenta días de parada de producción que han mermado su volumen de producción.

Ahora, tras el parón veraniego, espera retomar el pulso productivo a un ritmo ya de 2.400 vehículos al día que supone su capacidad máxima ante las previsiones de un mejor comportamiento del mercado de los microchips, al menos para el director de la planta de Balaídos, Ignacio Bueno, que confía en que este segundo semestre del año no resulte tan problemático en este sentido.

Problema de lo que tampoco acaba de librarse la planta de Volkswagen en Pamplona que, si en los meses previos al parón veraniego parecía que la falta de chips empezaba a enderezarse, la vuelta a la actividad se ha encontrado de nuevo con un problema que parece no tener fin. Y es que la planta navarra tiene acumulados más de 10.000 coches sin terminar debido a esos problemas en el suministro de chips, coches que han sido ya fabricados en su totalidad pero que no pueden ser comercializados por la falta de determinados chips esenciales para muchas funciones.

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