El INE confirma lo que avanzó el 29 de diciembre: el año 2023 se cerró con una inflación del 3,1%, una décima menos en diciembre que en noviembre. La tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) arrancó el año en el 5,9% y escaló al 6% en febrero para moderarse en marzo al 3,3% y repuntar en abril al 4,1%. En mayo volvió al 3,2% y en los meses de verano se mantuvo por debajo del 3%, para volver al 3,5% en septiembre y octubre. Con todo, la inflación media del año fue del 3,5%.
Los alimentos destacaron el año pasado por registrar las tasas más elevadas, con incrementos de doble dígito prácticamente todo el año. En los últimos meses se moderaron al 9% y diciembre acabó con una variación anual de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas del 7,3%.
Desagregando aún más por tipo de producto, la mayor subida del IPC se concentra en el aceite de oliva, con un incremento del 54,6% entre diciembre de 2023 y el mismo mes del año anterior. Le sigue el transporte de pasajero por mar (25,8%), los paquetes turísticos nacionales (17,9%), los zumos de frutas y vegetales (15,5%) y los productos de confitería (14,9%).
De hecho, la inflación media del conjunto del año en el caso de los alimentos y bebidas no alcohólicas fue del 11,7%, superando en una décima incluso la media del 2022 (11,6%). Es la subida más elevada de toda la serie histórica del INE (que arranca en el año 2002) en este componente.
En términos mensuales, los precios de los alimentos no bajaron en diciembre respecto a noviembre, se mantuvieron exactamente igual. Eso significa que ya son 27 meses sin registrar una sola bajada en este componente del IPC, clave para las familias y con un peso importante en el indicador del INE. De hecho, el IPC general también se mantuvo sin variación mensual en diciembre.
Así, los hogares asumieron una Navidad históricamente cara, tras 26 meses consecutivos subiendo y un encarecimiento acumulado del 30% desde que se inició la crisis inflacionista. El cordero o el cochinillo son ya alrededor de un 30% más caros que hace tres años, el marisco y el pescado fresco también han subido en torno al 20%, mientras que la ternera, el pollo o el pavo cuestan un 25% más.