Ha sido uno de los últimos problemas con el que se ha encontrado el sector del automóvil en nuestro país. A la crisis generada a raíz de la pandemia, a la que se sumó después la falta de chips -que lleva más de un año mermando la capacidad productiva de nuestras fábricas-, se ha unido en el último año numerosos problemas para el transporte de los coches.
Y es que más de un 25 % de la flota de camiones que había en antes de la pandemia para transportar automóviles en España han desaparecido en poco más de dos años. Esto ha contribuido a que miles de coches estén amontonados en puertos y fábricas sin poder llegar a los concesionarios para ser vendidos.
Si en los primeros meses de 2019 había en España cerca de 3.500 camiones para el transporte de vehículos, en la actualidad tan sólo quedan unos 2.700, según ha explicado a Efe el presidente de la asociación Transportave, José Manuel Peña.
Las razones de la desaparición de ese tipo de camiones son diversas, aunque imperan las económicas, pues se trata de vehículos muy caros, cuyo mantenimiento también cuesta mucho, y a cuyos dueños se les pagan unas tarifas que Peña califica de "irrisorias".
Un camión carrozado, es decir con cabeza tractora y carrocería, puede costar cerca de 250.000 euros, lo que supone en algunos casos hasta el doble que otro tipo de camiones, según Peña, que señala que también es el doble el coste de su mantenimiento, así como el de los seguros de las mercancías que transportan.
La preocupación por la escasez de vehículos para transportar coches se ha producido a partir de la recuperación del ritmo de fabricación automovilística, tras amainar la crisis generada por la falta de semiconductores y componentes.
"Los picos de trabajo han subido mucho", explica Peña, que señala que ahora que se recupera la producción de vehículos, el problema que surge es la dificultad para hacer llegar los automóviles acabados que ya están designados a los concesionarios.
En la última parte del año, los cuellos de botella en el transporte de vehículos desde fábricas o desde los puertos a los que llegan a los puntos de venta han provocado un importante descensos en el número de vehículos nuevos matriculados, que en diciembre cayeron un 14,1% con menos de 74.000 unidades.
Ello ha contribuido a cerrar un mal año para el sector, con cifras por debajo de lo esperado. En todo 2022 se matricularon 813.396 vehículos, por debajo de las 830.000 que pronosticaban las patronales del sector en sus últimas previsiones y muy lejos ya del millón de matriculaciones que se lograba antes de la pandemia.
Los problemas logísticos han hecho también que los tiempos de espera para recibir un vehículo nuevo, aunque se han reducido, no han mejorado todo lo que se esperaba tras la crisis por la falta de semiconductores.
Los puertos españoles, desbordados
En varios puertos españoles se han acumulado grandes cantidades de vehículos debido a este motivo y, por ejemplo, en Santander, a finales de diciembre, se almacenaban unos 15.000 coches, algunos aparcados hasta en cunetas, porque las empresas logísticas no podían asumir su traslado por la falta de camiones.
Escenas similares se han vivido en otros puertos españoles, donde se recibe cerca la gran mayoría de los vehículos que se venden en España. Sólo el 20% de los automóviles que se compran en este país han sido fabricados aquí.
Tanto fabricantes como concesionarios y distribuidores señalaban que en la recta final de 2022 las dificultades en el transporte de vehículos a los concesionarios han provocado que miles de automóviles sigan parados en puertos y campas retrasando la entrega en los concesionarios.
A la escasez de vehículos disponibles para transportar automóviles listos para su venta se suma también la falta de conductores dispuestos a hacerlo, ya sea porque los trabajadores prefieren otras profesiones con mejores condiciones laborales o porque no cuentan con la formación necesaria.
Ser conductor de este tipo de camiones portavehículos requiere una preparación, pues hay que ser especialista en la manipulación de vehículos para su carga y descarga en los camiones. Además, advierte Peña, hay que asumir costes, si uno se equivoca.
Además, según Peña, el escaso diferencial que se obtiene con la actividad de transportar vehículos ha hecho que deje de ser interesante para los autónomos y microempresas, que prefieren transportar otro tipo de mercancías. El presidente de la asociación llevaban tiempo advirtiendo a los operadores logísticos y a los fabricantes de coches de que iba a haber problemas para distribuir a los concesionarios los vehículos producidos.
La solución a corto plazo para aumentar este tipo de transporte no es sencilla, y desde Transportave se está trabajando en crear una escuela específica para este tipo de conductores, para que haya más profesionales disponibles para cubrir las cargas de trabajo que está sufriendo este sector.