El comité de dirección de Naturgy, liderado por Francisco Reynés, logró convencer al consejo de administración de que separar la distribución y el transporte de energía de la generación y comercialización era buena idea. La mesa de gobierno, donde Reynés es el único ejecutivo, aprobó de forma unánime esta transcendente decisión. Una separación donde, de momento, se mantendrán los dueños. Los fondos que controlan el 80% de la energética española (Criteria Caixa, CVC, GIP e IFM) consiguen con esto un '2x1' en su cartera y se abre la puerta a que en los próximos años puedan elegir qué parte de Naturgy les interesa más.
Esta decisión "mejora la liquidez de los accionistas, al ampliar la base de inversores potenciales como entidades independientes que cotizan en bolsa", explican desde Naturgy. Esta afirmación apunta a que los actuales dueños de la compañía que preside Reynés pueden vender en el mercado alguna participación de la compañía que menos encaje con su estrategia o que más plusvalía le genere a nuevos inversores que ya no necesitan comerse "todo el monstruo", como lo definen desde el mercado.
Fuentes relevantes del sector explican a Vozpópuli que la separación del negocio regulado del liberalizado se interpreta como diferenciar al mercado del negocio 'complejo' (regulado) del 'atractivo' (liberalizado). "El negocio regulado mueve mucho dinero pero genera poco retorno y te condena a la incertidumbre de los bandazos políticos del gobierno de turno", comentan las mismas fuentes. "Para los fondos es más atractivo los activos de generación y comercialización por su capacidad de generar caja. Es 'el trozo' más rentable", añaden.
El entorno de los dueños de Naturgy con los que ha podido contactar este medio considera que esta separación es una buena decisión para potenciar el valor de la compañía. Nadie en esta parte del accionariado quiere hablar ahora de decantarse de un negocio frente al otro. Pero sí reconocen que esta separación ofrece más flexibilidad para que su participación en las dos compañías se pueda adaptar a las necesidades de capital o sus cambios en estrategia de inversión.
El mercado aplaudía este jueves esta decisión en la única hora de la sesión en la que cotizó el anuncio. Las acciones de Naturgy se dispararon un 2% nada más conocerse la noticia y puso encima de la mesa de nuevo los rumores de venta de activos para generar valor por parte de los cuatro dueños. "Vamos a mantener la plantilla, no vamos a vender ninguna filial y sólo queremos reorganizar la compañía para adaptarnos a los nuevos tiempos", comentaba Reynés a sus trabajadores minutos antes del anuncio.
La letra pequeña de esta separación se irá conociendo a lo largo de 2022. El consejo de Naturgy se apoyará en las últimas cuentas presentadas de 2021 para presentar en el Registro Mercantil estas dos compañías. El siguiente paso será presentar la escisión a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para sacar a cotizar una segunda compañía. En el corto plazo, la dirección trabaja para que en la junta de accionistas del 15 de marzo este plan agrade a los dueños y se acelere durante el resto del año esta transformación.
Los dos perfiles de negocio claramente diferenciados permitirán al equipo de Reynés simplificar y focalizar la gestión de cada uno para acelerar el Plan Estratégico. La dirección de Naturgy quiere que las dos empresas se centrar en mercados con moneda fuerte (euro, libra y dólar) y con estabilidad regulatoria. Es decir, seguirán pendientes de cualquier oportunidad de mercado que surja para sus negocios de Latinoamérica y donde tiene un fuerte peso en su cartera de negocios de la futura empresa de activos regulados ('NetworksCo' en el gráfico).
Naturgy serán dos 'geminis'
De momento, Naturgy no tiene nombre para sus dos filiales. Su manera de citar a las futuras dos empresas es 'Géminis A' y 'Géminis B'. Géminis A gestionará de forma integrada los negocios liberalizados que comprenden: el desarrollo de las energías renovables, la cartera de clientes de energía y servicios asociados, el parque de generación convencional que asegura el suministro energético, y la gestión de los mercados mayoristas de energía.
Con unos objetivos a 2025 de más de 25 GW de capacidad de generación eléctrica instalada (14 GW en generación renovable y 11 GW de generación convencional), 11 millones de clientes, y una cartera diversificada de aproximadamente 290 TWh de aprovisionamientos de gas. "Esta compañía será un referente sectorial y jugará un papel clave en la configuración de la industria", defiende la compañía.
Géminis B se encarga de gestionar los negocios dedicados a la gestión de infraestructuras reguladas de distribución y transporte de energía. Con una base de activos única, que cuenta con más de 155.000 km de redes de electricidad, 135.000 km de redes de gas y 16 millones de puntos de conexión, presente en seis países. Criteria Caixa, CVC, GIP e IFM deberán decidir en el futuro si apuesta por los dos 'géminis', por uno o por ninguno.