"¿Y ahora qué?" Esta es la pregunta que pueden hacerse todos los días los trabajadores del campo, después del fin de las manifestaciones del sector primario que se han sucedido por todo el viejo continente. Sin conseguir lo que esperaba, el campo tuvo que cesar las constantes concentraciones para volver a 'la tierra', pero la solución al problema está muy lejos todavía. "Queda mucho por hacer, y mucho por pelear", declaran fuentes del sector a preguntas de Vozpópuli.
En este contexto, en el que todavía no hay solución a la vista, cabe preguntarse qué se puede esperar ahora del sector agrario. Una cosa está clara, según confirma Miguel Padilla, secretario general de la COAG, en conversaciones con este periódico: no habrá más movilizaciones a nivel nacional, al menos por ahora. El trabajo será más burocrático, de llegar a las instituciones. Los sindicatos centran el tiro en el plano nacional, pero asociaciones independientes como SOS Rural apuntan directamente a Bruselas. "Las cosas hay que cambiarlas desde dentro. Las manifestaciones son picos de excitación que no llevan a nada; haremos un trabajo de fondo", señalan fuentes internas del grupo, que finalmente ha descartado presentarse a las elecciones europeas.
Hay varios puntos de trabajo para el campo. Este martes, los principales sindicatos agrarios en España, excepto Unión de Pequeños Agricultores (UPA), han enviado al ministerio de Agricultura un documento con 12 propuestas que bajo su punto de vista no se han solucionado con el paquete de medidas que anunció Planas.
Por otro lado, quien tiene trazado un plan de acción más contundente es el grupo SOS Rural. Su línea de actuación se basa en tres patas, todas, en cualquier caso, con la mirada puesta en Europa: denunciar la entrada de productos que no cumplen las exigencias europeas, basándose en informes científicos y evidencias; luchar contra las expropiaciones masivas de terrenos por la implantación de placas solares; y por último, llegar a Bruselas, por fin, con políticas concretas, a través de la creación de un 'pacto amarillo'.
Sobre el primer punto, van a poner especial énfasis en analizar el puerto de Rotterdam, el 'punto caliente' de la entrada de productos contaminados a Europa por la falta de rigurosidad en los controles sanitarios. Quieren luchar por terminar con la "competencia desleal" de otros países a través de la investigación científica, abordando así no solo los problemas de España, sino también los de Europa.
Con respecto al tema de la lucha contra las expropiaciones agrarias a favor de las placas solares, van a seguir el ejemplo de Italia. El Gobierno italiano ha tomado la iniciativa de prohibir la instalación masiva de placas fotovoltaicas en tierras agrícolas, priorizando así la protección de los agricultores y el equilibrio ecológico. "En esta línea, SOS Rural ha abierto un canal de escucha para atender las situaciones personales que nos están haciendo llegar agricultores de buena parte de España que se sienten engañados por las multinacionales que les presionan para instalar placas".
Por último, SOS Rural tiene el ojo puesto en Europa, donde, junto a otras asociaciones agrarias, trabajan en un 'pacto amarillo' para contrarrestar el polémico pacto verde. Como contamos en exclusiva en este periódico, las organizaciones agrarias con representación en la Unión Europea empiezan a definir sus líneas de actuación para contrarrestar definitivamente las políticas medioambientalistas y ecologistas de Bruselas. Su actividad inicial va a estar basada en la propuesta de tres leyes: una ley de seguridad alimentaria, una ley marco para la protección de las tierras agrícolas, y una reforma de la directiva marco del agua.
Por último, a medio y largo plazo el campo se prepara para la próxima legislatura europea. Consideran que ésta va a girar en torno a los dos grandes temas que 'aprietan' a Europa Occidental: la inmigración y el campo. "Miramos a las elecciones europeas con mucha expectación; sabemos la importancia que tenemos, porque se va a hablar de nosotros necesariamente, y queremos marcar la agenda política, tenemos que estar muy preparados para ello", señalan tanto desde los sindicatos como desde las asociaciones agrícolas contactadas por este periódico.
Las propuestas de los sindicatos del campo
Los sindicatos agrarios Asaja, COAG, Cooperativas Agroalimentarias continúan paralelamente con el trabajo burocrático, centrados en España, porque son conscientes de que la situación del campo no se ha solucionado y tienen que seguir trabajando, "ya en los despachos". "No podemos decirles a nuestros sindicados que está todo solucionado cuando no lo está; eso es mentir", ha señalado Miguel Padilla a este diario.
Para ello, lanzaron un documento con 12 propuestas que quedaron sin solucionar. Estas son:
- Una simplificación real de la PAC y eliminación de burocracia para agricultores y ganaderos
- Cumplimiento estricto de los acuerdos comerciales e introducción de las cláusulas espejo en los mismos
- El objetivo de la Ley de la Cadena Alimentaria debe ser garantizar la rentabilidad de las explotaciones agrarias
- El Gobierno debe apostar de forma decidida por una Política hidráulica con inversiones en infraestructuras
- Reconocer la importancia de la ganadería extensiva e intensiva
- Adaptación de la Reforma Laboral a las necesidades del campo
- Medidas de apoyo reales al relevo generacional
- Poner a disposición líneas de financiación bonificadas para 2024 para los sectores y territorios más afectados por la sequía
- Adaptación de los límites de la Estimación Objetiva del IRPF (módulos) a 300.000 €
- Garantizar el presupuesto necesario para cubrir las necesidades derivadas de los compromisos que se indican a continuación en seguros agrarios
- Adaptar los compromisos y agenda del Pacto Verde a la realidad económica y social del sector productor
- Suspensión de la inclusión del lobo en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (LESPRE)
Pontevedresa
La ocasión de oro para la agricultura, la ganadería y la pesca llega en un mes, en las Elecciones Europeas, votando a los partidos que no quieren saber nada de la agenda 2030 donde resultan tan perjudicados ante las intenciones de convertir España en un campo de molinillos y de placas solares cargándose todos los terrenos de cultivo.