Economía

Pinchazo del pacto hipotecario: no llegará al millón de familias prometido por el Gobierno

Los bancos rebajan considerablemente el impacto de las medidas para aliviar la carga de las cuotas de las hipotecas, con un potencial de 750.000 beneficiados

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Facilitar el pago de la hipoteca a más de un millón de familias. Esta fue la promesa que el Gobierno lanzó para justificar un pacto hipotecario precipitado con la banca en noviembre. Pero no se beneficiarán ni la mitad de los hogares anunciados como medida estrella para protegerlos de la imparable subida del euribor, como trasladan a Vozpópuli fuentes internas de uno de los grandes bancos del Ibex.

Los bancos se resistieron a un acuerdo, pero la amenaza de que el ala dura de Podemos en el Gobierno endureciera su discurso precipitó que la mayoría de las entidades se acogieran a las medidas. El pacto se labró sobre tres vías.

Una primera que reforzaba el alivio para los hogares vulnerables cubiertos por el Código de Buenas Prácticas vigente y para rentas inferiores a 25.200 euros al año. En este caso se permite rebajar el tipo de interés durante el periodo de 5 años de carencia (hasta Euribor - 0,10% desde el Euribor + 0,25 actual), y se ofrece la posibilidad de hacer una segunda restructuración de deuda y la ampliación a dos años del plazo para solicitar la dación en pago de la vivienda.

En la segunda vertiente del acuerdo se ampliaba el ámbito de aplicación de dicho código para que aquellos hogares que no cumplen el requisito previo de incremento del esfuerzo hipotecario del 50% puedan acceder a una carencia de dos años, un tipo más favorable durante ese plazo y el alargamiento de hasta 7 años en sus préstamos. En este caso, el Gobierno estimaba que se acogerían más de 300.000 familias.

Y para cumplir con las exigencias de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de alcanzar a las clases medias, el Ejecutivo forzó un acuerdo para crear un nuevo código que permitiera a las familias con rentas inferiores a los 29.400 euros anuales aliviar la carga financiera de las hipotecas suscritas hasta el 31 de diciembre de 2022, mediante la congelación de la cuota durante 12 meses y el alargamiento hasta 7 años del plazo de amortización del crédito.

Este último punto fue el que más ampollas levantó entre los bancos, por el coste que le podría suponer vía provisiones y que finalmente se solventó con un cambio contable para evitar una reclasificación directa de los créditos como morosos. Nadia Calviño, vicepresidenta económica, cifró en unos 700.000 hogares los posibles beneficiados ante la escalada del euribor.

Apenas un 13% de la cartera de hipotecas

Pues bien, los bancos ya han hecho los números y consideran que los hipotecados que se podrían beneficiar de estas medidas no llegarán al millón prometido. De hecho, rebajan el potencial universo a unos 750.000 hogares, menos del 13% de la cartera de hipotecas vivas que tienen las entidades en balance en la actualidad.

Incluso, como señalan desde una de las grandes entidades, la previsión de los equipos internos es que las familias que opten por acogerse se quedará muy por debajo, porque intentarán seguir pagando sus cuotas con normalidad y evitar así que la factura en intereses se eleve con el alargamiento de los préstamos.

Otra de las medidas estrella fue la de eliminar la comisión para el traspaso de hipotecas variables a fijas. Pero los bancos creen que quedará descafeinada porque han encarecido la oferta con un interés de por vida"

Desde uno de los grandes bancos de este país explican a Vozpópuli que el total de clientes que pueden sumarse al pacto hipotecario, en su caso la cifra no alcanza ni el 3% del total. "El hecho de que solo tres de cada cien clientes hipotecarios pueda estar bajo el paraguas del pacto hipotecario es un fracaso", señala un alto directivo bancario.

Otras de las grandes medidas del pacto fue la eliminación para todos los hipotecados de la comisión, que se aplica por el traspaso de un tipo variable a un interés fijo para cubrirse de los vaivenes del precio del dinero. Los bancos descartan que vaya a provocar una avalancha de peticiones para cambiar la tipología del préstamo, ya que no se considera un incentivo muy claro cuando la oferta de hipotecas fijas se ha encarecido a entre un 3% y un 4% en la mayoría del sector.

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