La DGT sigue encontrando en los excesos de velocidad una de sus principales fuentes de ingresos, incrementando cada año el número de radares que “vigilan” las carreteras españolas y que causan estragos en los bolsillos de los españoles. Y es que el pasado año la recaudación por multas de la DGT alcanzó la cifra récord de 444 millones de euros, siendo la más alta alcanzada en los últimos diez años, según un estudio elaborado por la organización de defensa de los conductores Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
Un año en el que la DGT formuló en las carreteras españolas –excepto Cataluña y País Vasco, transferidas a los Mossos d'Esquadra y a la Ertzaintza respectivamente– un total de casi 4,8 millones de denuncias, lo que supone un incremento del 23,6% respecto de las formuladas en 2020 que rozaron los 3,9 millones, para alcanzar esa recaudación de 444.347.376 euros, según el informe de AEA que ha analizado la evolución de las infracciones cometidas en las carreteras españolas durante el periodo 2019-2021.
Este notable incremento en el número de denuncias formuladas evidencia una clara recuperación de la actividad sancionadora de la DGT después de las limitaciones a la movilidad impuestas por el covid-19 en 2020, ya que incluso se superan las cifras prepandemia alcanzadas en 2019 cuando se formularon algo más de 4,6 millones de denuncias, la mayoría de ellas, un 62%, por exceso de velocidad.
El informe de AEA señala que el exceso de velocidad sigue liderando el ranking de las sanciones impuestas por la DGT el año pasado, con 3.056.437 denuncias, estando presente en dos de cada tres infracciones. Le siguen las infracciones por no haber pasado la ITV o ser esta desfavorable (591.077), con un incremento del 2,5% respecto a las cifras de 2019; conducir sin carnet (133.126), que sube un 18,3%; no utilizar el cinturón de seguridad (105.818), que disminuye un 8,4%; y conducir utilizando el móvil (101.443), con un incremento del 3,7%.
Disminuyen las multas relacionadas con alcoholemia, la conducción temeraria y los adelantamientos prohibidos, un dato positivo que en el primer caso supuso una reducción del 32,5% con 50.613 denuncias frente a las 83.184 formuladas en 2019. Preocupante es, sin embargo, el aumento de las denuncias por conducir bajo el efecto de drogas y por conducir sin carnet, que se han incrementado en el primer caso un 40%, pasando de 36.225 denuncias en 2019 a 50.613 en 2021.
España, pocos radares
Cifras de denuncias y recaudación de récord en España que, sin embargo, no sitúan a nuestro país como uno de los más dotados en cuanto a radares. Y es que la probabilidad de recibir una multa por una infracción de velocidad en las carreteras europeas varía mucho de un país a otro, dependiendo, entre otras cosas, del número de radares en relación con la longitud de la red de carreteras.
Según información de la plataforma SCDB.info, una base de datos de estos sistemas de detección en algo más de un centenar de países, Italia cuenta con más de 10.000 radares, lo que la convierte en el segundo país de Europa con más dispositivos de este tipo, después de Rusia (con más de 18.000 instalados).
En relación con la longitud total de la red de carreteras italiana, esto equivale a unos 22 radares por cada 1.000 kilómetros de carretera, la gran mayoría de los cuales están dedicados exclusivamente al control de la velocidad (el 80% del total). Los radares también son muy comunes en Bélgica y el Reino Unido, donde la proporción alcanza casi 20 unidades por cada 1.000 kilómetros.
En España, el número de radares fijos es de 2.062, incluyendo distintos tipos, como los tradicionales de velocidad (GATSO), los de tramo (SPECS), las cámaras situadas en semáforos, los duales (semáforo y velocidad) y otros. Esta cifra supone una densidad de estos dispositivos de 3 por cada 1.000 kilómetros de carretera, según cálculos de Statista, bastante baja en comparación con la mayoría de los países vecinos.