Estados Unidos se ha convertido en el gran socio energético de Europa en 2022. Con España a la cabeza. La Administración Biden cerró el año como el principal aliado del Gobierno de Pedro Sánchez en el suministro de gas en plena tensión por la crisis con Rusia y tras el cierre de uno de los gasoductos con Argelia por su conflicto diplomático con Marruecos.
El gas natural licuado (GNL) con origen estadounidense supone ya el 28,9% de las importaciones españolas, según los datos de diciembre de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Una cifra que, al cierre de 2021, se limitaba al 14,4%. La dependencia de España por de Estados Unidos se ha descontrolado en los últimos meses. Algo que también se aprecia en el último informe anual de Seguridad Nacional, de junio de 2021,donde los metaneros estadounidenses eran solo el 4% del gas que consumía España.
Biden ha realizado la misma estrategia con el resto del Viejo Continente en plena tensión con Rusia. Durante los primeros cuatro meses de 2022, el inicio de la invasión a Ucrania, el 74% de los metaneros que llegaban a Europa tenían como origen Estados Unidos. Una cifra que duplica el dato de los mismos meses de 2021 (34%), según las estimaciones de Natural Gas Monthly y EIA.
Sin gas de Argelia
Las energéticas españolas y el Ejecutivo de Sánchez se han entregado a Biden, principalmente, por la bajada de suministro del que era su principal socio: Argelia. El gas argelino cerraba 2021 con un peso del 42,8% en las importaciones españolas. Argelia cerró en noviembre de ese año, de forma indefinida, uno de los dos gasoductos por los que enviaba su materia prima a territorio español y las importaciones desde Argelia cierran 2022 representando un 23,9% de las compras que realiza España.
Una bajada de suministro que aprovechó, o que solucionó, Estados Unidos. Sus metaneros llegaron a representar en marzo de 2022 un 43,3% de las compras de este hidrocarburo clave en la producción de electricidad el pasado año. Desde el sector insisten a Vozpópuli que el incremento de los acuerdos energéticos entre Biden y Sánchez van de la mano con que Marruecos es el aliado estratégico de Estados Unidos en el norte de África y Argelia es el socio clásico de Rusia en esa área geográfica.
“La compleja situación geopolítica se ha visto todavía más tensionada en 2021 con la ruptura de relaciones diplomáticas entre Argelia y el Reino de Marruecos, lo que ha ocasionado la pérdida de uno de los gasoductos que conectan el Norte de África con España”, explicaba Seguridad Nacional en su informe anual.
En este contexto, los conocedores de los acuerdos energéticos entre España, Argelia y Estados Unidos ven comprensible que el equipo de Joe Biden esté detrás de una mejora de las relaciones entre sus dos aliados, España y Marruecos, que se produjeron tras el cambio de postura del Gobierno de Sánchez con la situación del Sáhara Occidental. Un movimiento que molestó a Argelia y que cerró cualquier posibilidad de recuperar el suministro perdido por el cierre del gasoducto del Magreb.
Más gas ruso
La falta de gas argelino también ha aumentado la importancia del Rusia en los almacenamientos españoles, pese a la invasión de Ucrania. Rusia cierra 2022 con un peso del 12% en las compras de gas españolas, frente al 8,9% con el que cerró 2021. Sólo Estados Unidos, Argelia y Nigeria, que suministra el 13,8%, pesan más que el gas ruso en la balanza española.
Sus compras a Rusia, en ciertos meses, han sido más que significativas. España se situó como el tercer mayor importador de gas natural licuado (GNL) procedente de Rusia en los seis primeros meses de esta guerra, tras Francia y Bélgica. Los datos que ofreció el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA en sus siglas en inglés) cifraba en 750 millones de euros en compras de GNL que ha realizado España a Rusia esos dos meses.
Unos picos de compras que se han ido moderando para, de nuevo, volver a dar peso al nuevo gran proveedor de gas de España: Estados Unidos.